Antes su mejor alumno, ahora su peor pesadilla.
Masacró y destruyó política y públicamente a aquellos que se animaron a disputarle el poder durante más de dos décadas.
Quizás el PJ entrerriano pasa por uno de los momentos más cruciales de su historia tanto que la ida de Busti enfrentando a su propio partido, el peronismo, ha ninguneado a la UCR con su candidato a gobernador Benedetti. Más allá que la lectura de la división estaría favoreciendo al radicalismo.
El final de esta pelea donde se estaría dando vuelta la taba, ya que a nadie hubiese podido pensar o imaginar si quiera este escenario con este protagonismo de Busti.
Un Busti que hace más de dos décadas viene masacrando adversarios, a aquellos rivales que se animaron a disputarle el poder.
Lo jubiló a Carlos Vairetti, que le peleó la gobernación en el ’87; lo dejó para entregar plaquetas en los actos del PJ o recibirlas en algún homenaje.
A Mario Moine después de su exitoso y ruidoso ingreso a la política, luego de enfrentarlo a Busti terminó «putisado» recalando nuevamente a la actividad privada.
A Jaime y Emilio Martínez Garbino, y Luis Leissa (con un ingreso a la política muy similar al de Moine y casi con un final parecido), se tuvieron que ir del PJ y conformar el Nuevo Espacio y luego Concertación Entrerriano, ya que por dentro no le podían disputar el poder al entonces gobernador.
El mismo Leissa lo sufrió en carne propia en el ’98 cuando enfrentó internamente Maya por la gobernación (que lo había puesto Busti), aunque éste último duro poco porque también se tuvo que ir y formar su propio partido, el Peronismo Disidente.
Lo mismo ocurrió con sus dos vicegobernadores, Domingo Daniel Rossi y Héctor Alanís, a quienes destruyó públicamente.
Aunque en la lista de vicegobernadores, hay otro que también tuvo que sufrir el exilio, como fue el “Vasco” Orduna, ya que alguna vez se animó a decirle que no.
O el mismísimo “Pemo” Guastavino que lo acompañó en la fórmula en su última gobernación.
También los llevó a ir por fuera del PJ a los Solanas, a los Crestos, a los Berthet, etc, que conformaron la lista 100, quitándoles todas las chances electorales, además de dejarlos con el mote de “traidores” dentro de la familia peronista y que en cada palco se lo recordaran.
O el “Choclo” Alasino y Aníbal Vergara quienes vapuleados públicamente vieron que por adentro era imposible y conformaron “Viva Entre Ríos”.
Aunque ahora para el hombre pensante de Concordia el “negocio” pasaría por “facturársela” de otra forma.
Eduardo «Lalo» Ferreyra, otro hombre fuerte del justicialismo de la decada del 80 y del 90 que lo sacó de la vida política y hoy pasa su tiempo cortando el cesped en el fondo de su casa, y con su agrupación totalmente dispersada, Carlitos Cabrera por un lado, el «cabezón» Barsanti paseando su señora y su perro por el acceso norte y Marito Basigliquiotti, Pablo Amestoy conformando una subagrupacion política sin fines de lucro
A todos de una manera u otra, con la jubilación, con el retiro obligatorio, u obligándolos a ir por afuera, los sacó de la cancha.
Hoy quien se podría imaginar que al que sacan de la cancha es a Busti, que se tiene que ir por fuera del partido, ya que sus principales referentes, amigos y ex funcionarios se pasaron con Urribarri, quien fue su mejor alumno y ahora su peor pesadilla. Él lo sufre y sabe que no es el “Pato” que creía, el de antes, que éste es muy diferente y ha logrado de una forma u otra juntarlos a todos o a la gran mayoría que él sacó de la cancha o jubiló.
Es más, aseguran que van por él, salvo Alasino que el “negocio” pasaría por otro lado, los demás ninguno se ha solidarizado o se ha encolumnado con Jorge Busti.
Queda en claro que hoy van por la cabeza de Jorge Busti, quien después de 27 años de ser el mandamás en el PJ está cosechando lo que sembró:amores y odios.
Más allá de que cuentan dentro del PJ y de la estructura de Urribarri con las herramientas, no hay olvidar que enfrente está Busti.
Y la capacidad de daño de éste, de aquí a las elecciones o en los mismos comicios no es la misma que pudieron realizar los que él antes sacó de la cancha
En definitiva como dice un filósofo: «El tiempo es un gran maestro, y pone en su lugar muchas cosas».
