Alanis de Fondo
Intendentes de Paraná Campaña intentaron presionar con un documento que al final no se firmó.
Mas allá de que todos hablan de que no es tiempo de candidaturas, ni de buscar posicionamientos políticos, nadie quiere quedar rezagado y una de las muestras más visibles fue lo sucedido en la ciudad de Viale en los primeros días del caluroso enero.
Así, según los mentideros, un grupo muy importante de intendentes y jefes comunales de Paraná Campaña mantuvieron un encuentro en la oficina de la Caja de Jubilaciones de dicha localidad.
Según los mentideros, si bien la voz cantante en la reunión la tuvo el intendente anfitrión, Estelio Urchueguía, el mentor de la reunión y de lo tratado fue el ex vice gobernador crespense, Hector “Tito” Alanís, que desde atrás monitoreaba la misma.
No hay que olvidarse que tanto el actual intendente, el diputado provincial Sergio Schmunck y el senador Juan Carlos Bambrilla históricamente integraron el grupo político “Guardia de Hierro” junto al dirigente crespense, un Alanís que luego de dos años de haberse borrado políticamente, y con algunas causas judiciales que lo tuvieron como protagonista, vuelve al ruedo.
Bajo la batuta del ex vicegobernador, dejaron en claro que Paraná Campaña no sólo tiene pretensiones de mantener los cuatro legisladores, sino también de incrementarlos y, más aun, de estar en la afamada fórmula para la gobernación del 2015.
Las intenciones de los intendentes no sólo quedaron en palabras ya que en la misma reunión apareció un documento previamente elaborado para alcanzárselo al gobernador y hacerlo público, algo que puso incomodo a más de uno de los participantes.
Sin embargo, uno de ellos, intentando salir del apuro, argumentó que no era momento de disputar espacios políticos ni presionar al primer mandatario provincial, debido a la situación que había atravesado la provincia en diciembre y la crisis económica que trascurría en la Nación, con lo cual hizo volver la tranquilidad a aquellos intendentes que, si bien estaban de acuerdo con la pretensión, no querían quedar mal parados ni pegados.
Más allá de que luego el anfitrión hizo públicas estas exigencias, el documento, que previamente estuvo elaborado, no tuvo la rúbrica de todos los presentes
