Según anuncian, el gobernador desembarcará en Buenos Aires esta semana, para disputarle a Scioli y Massa el territorio.
Pasa por lo menos dos días a la semana en Buenos Aires, donde anuda encuentros con dirigentes y delinea su táctica para afianzar su plan de convertirse en candidato presidencial. En la Casa de Entre Ríos, la sede porteña donde suele realizar reuniones, aumentó el desfile de visitas poco después de haber esparcido la confirmación de su deseo de dar pelea para suceder a Cristina Kirchner.
«Está absolutamente decidido», destacó uno de sus más cercanos colaboradores, que lo define como «un cuadro genuino y coherente del proyecto nacional que garantiza su continuidad».
El gobernador entrerriano, que ya va por su segundo mandato, anunció su aspiración en una cena con la liga de intendentes del PJ de su provincia, después de compartir un viaje oficial a Cuba, junto a la Presidenta.
Juran que en ese periplo no conversó con la jefa del Estado los pasos por seguir, pero se descuenta que su incorporación en la pequeña comitiva -fue el único mandatario invitado- tuvo gran peso en su decisión.
Si bien siempre fue catalogado como incondicional a Olivos y concentra el poder en su territorio, es consciente de su poco conocimiento a nivel nacional. Y también le juega en contra el inicial acercamiento de algunos colegas detrás del proyecto de Daniel Scioli.
Por ahora, Urribarri trabaja en el diseño organizacional, comunicacional y político de su plataforma. El miércoles prevé aterrizar en el conurbano para participar del cierre del Tercer Plenario de Políticas Públicas que organiza el vicegobernador, Gabriel Mariotto. Después, en clave internacional, parte rumbo a China en busca de inversiones.
En la Casa Rosada, el canal de diálogo de Urribarri es el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, de máxima confianza de la Presidenta. Pareció perder una pulseada cuando Capitanich fue encumbrado como jefe de Gabinete. Suele hilvanar consultas frecuentes con su apadrinado, Miguel Galuccio, ingeniero entrerriano a quien convenció, con aval de Cristina, de tomar el mando de YPF.
