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Alto funcionario involucrado en un escándalo

Complicado por la nueva ley de rinoscopía obligatoria con media sanción del senado, «este no zafa», se comentaba en los pasillos.

Ayer se aprobó en el Senado provincial un proyecto de ley de autoría de Enrique Cresto que propone la realización de una rinoscopía -que detecta el consumo de cocaína- y de un examen psiquiátrico, entre otros estudios, a los funcionarios de los tres poderes.

La iniciativa generó el comentario de varios profesionales del derecho por un escándalo que involucra a un alto funcionario provincial que no solo no se sabe cómo llegó a su cargo, sino que en plena actividad mantiene una vida lujuriosa y de excesos con el alcohol, las drogas y la prostitución.

Seguramente por las constantes noticias sobre el tema, algunos mentideros lo compararon con Nisman, ya que a raíz de la investigación judicial de su muerte, comenzaron a circular fotos en donde se lo involucra con un pasado reciente de numerosas mujeres, boliches, drogas y alcohol.

Si bien no es ninguna novedad, dentro de los profesionales de distintas aéreas siempre se comentó con indignación la situación de quienes ocupan cargos importantes solamente gracias a su apellido, algo muy común, cuando muchos de aquellos que se han preparado y que mantienen constantemente actualizada la profesión a través de posgrados y diplomaturas, con mucho esfuerzo en cuanto a gastos y horarios, siempre corren con desventaja contra el dedo del poder.

Un dedo que a veces favorece a ciertas personas que no le hacen el honor al cargo por no guardar el decoro que la función amerita, máxime cuando es un funcionario que fue elegido para ocupar un lugar de extrema importancia en un organismo del que depende combatir la corrupción en los distintos poderes del Estado.

Mas allá de que cada uno con su vida privada puede hacer lo que le plazca, la situación del funcionario anticorrupción sería lamentable, y deja una muy mala imagen del gobierno.

Entre los profesionales se comenta que en reiteradas oportunidades se lo ha visto con muy mal aspecto en su despacho y hasta en tribunales, donde se comenta que ha hecho papelones en los escritos judiciales que le han valido pérdidas de demandas de cuantiosas sumas a las arcas de la Provincia.

Es más, entre sus allegados se comenta que la ruptura en muy malos términos con su ex mujer, habría sido el desencadenante de la escandalosa vida de excesos que viene manteniendo.

Sin embargo, el funcionario se sigue manejando como si no le importara, incumpliendo el deber de decoro impuesto a los empleados públicos con cargos más elevados. Incluso, hasta se jacta en las redes sociales de la vida que lleva, en donde se ve la apología de la marihuana y el alcohol, algo que generó más indignación en sus colegas, que comentan que encima bravuconea diciendo que es intocable en su puesto.

Algunos dicen que la única preocupación del funcionario anticorrupción, según habría manifestado, sería que la ingesta de marihuana lo puede convertir en homosexual, basando dicho argumento en la disminución de la testosterona, algo que le habría comentado un médico y que asustó al mismo que parece que detestaría serlo, perfilándose su homofobia.

Ahora, que se aprobó en el senado el nuevo proyecto de ley que obliga a los funcionarios públicos del Estado provincial a practicarse una rinoscopía, entre otros estudios, para detectar el consumo de drogas, los mentideros irónicamente y entre risas comentan en los pasillos que el encargado de combatir la corrupción no zafa.

Se trata sin dudas de una historia para seguir y que va a traer cola.

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