Scioli, Bordet y Osuna vs Macri, De Ángeli y Varisco; UNA y el progresismo, los jueces.

Cambiemos y el síndrome Del Sel

El desafío para Cambiemos es evitar el desmoronamiento sabiendo que le iba a ir mejor en las PASO que en las generales.

Pasaron las elecciones primarias y ocurrió lo que se preveía. Cambiemos, la alianza entre el PRO, la UCR y otros sectores, hizo una buena elección y obtuvo el segundo lugar con un 37%, aunque no le alcanzaría para ganar las generales en la provincia, y quedó detrás del FpV 45%, que mostró su poderío en Concordia y Uruguay.

El ir con cuatro candidatos a presidente, Mauricio Macri, Margarita Stolbizer, Ernesto Sanz y Lilita Carrió, le permitió a Cambiemos sumar en todas las categorías y favoreció a De Ángeli en su precandidatura a la gobernación, algo que se estimaba que podía ocurrir y se concretó.

Estaba previsto y anunciado que ese frente podía tener esa performance en esta elección. Es más, esa tracción le permitió a Cambiemos tener muy buenos resultados en Paraná, Gualeguay, Gualeguaychú, Victoria, Diamante, Federación, Tala y Nogoyá, entre otros distritos que no en vano preocupaban al oficialismo.

Sin embargo, el 25 de octubre no será la misma elección. No va a haber cuatro candidatos a presidente ni varios precandidatos a intendente que traccionen, provocando una espuma muy fuerte, como ocurrió en esta oportunidad.

Se viene una elección mucho más seria, un uno contra uno en el que Cambiemos tendrá a Macri y De Ángeli para la presidencia y la provincia y a Varisco en Paraná enfrentando al FpV de Scioli, Bordet, que fue el principal elector, y Blanca Osuna.

Los jueces serán UNA, un desprendimiento del PJ, con Massa, Fuertes y Quinodoz, y el progresismo, un desprendimiento del radicalismo con el apoyo de los históricos socios electorales del socialismo con Haddad y Viale para la intendencia de Paraná y la gobernación, que llegaron a sus cargos de concejal y diputado por un acuerdo con la UCR, y a Stolbizer para la nación.

Hoy la complicación y preocupación es para Cambiemos, porque este es un mano a mano. El desafío demostrar que lo de las PASO no solo fue espuma y mantener los porcentajes y que el desmoronamiento no sea tan grande sin los cuatro candidatos a presidente.

El síndrome Del Sel está presente y preocupa en Cambiemos.

En la memoria está presente la buena elección que hizo el humorista en las primarias de Santa Fe, donde se impuso cómodamente en las PASO pero cuando aparecieron las elecciones serias la gente le dio la espalda y perdió un enorme caudal de votos, permitiendo la continuidad del socialismo.

Esa experiencia dejó en claro que en la práctica, para gobernar la gente vota en serio.

En Entre Ríos se define quién tiene la capacidad para gobernar: Gustavo Bordet o Alfredo De Ángeli.

El intendente de Concordia participó en estas elecciones con un solo candidato a presidente y con un solo candidato a intendente en la mayoría de las ciudades más importantes electoralmente como Concordia, Paraná y Uruguay.

Algo diferente le ocurre a De Ángeli, cuya boleta estaba pegada con cuatro candidatos a presidente y con varios precandidatos a intendente en muchas ciudades, lo que le generó una tracción muy fuerte.

Cambiemos enfrenta el enorme desafío para el que no está preparado ni confiado: el mano a mano.

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