La profecía temeraria se hizo realidad
Como obedeciendo a un presagio trágico y aunque parecía imposible, según se decía en corrillos de abogados veteranos, la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán declaró la nulidad del proceso electoral reciente producto del cual el voto soberano del pueblo tucumano consagró como ganador al candidato oficialista, Juan Manzur con una ventaja de 11,7 puntos sobre su inmediato seguidor, el candidato de “Cambiemos”, José Cano.
Son varios los motivos para considerar el pronunciamiento de esta Cámara por el que dos jueces anularon la voluntad de más de un millón de compatriotas como un verdadero escándalo jurídico. Pero sin dudas el daño más grande a la convivencia política de los argentinos queda dibujado
en el ataque a la democracia que el fallo desconoce y avasalla en tanto fulmina el resultado del ejercicio de la soberanía popular.
La brutalidad del veredicto es superlativa, así como explícita su semejanza con las experiencias más salvajes de violaciones de la voluntad popular de que se tenga memoria. ¿Qué diferencias puede haber entre la decisión de los jueces tucumanos y la disolución de los poderes del Estado dispuesta por la última dictadura cívico militar? ¿Qué puede distinguir este crimen contra la democracia de la anulación de las elecciones que en 1962 ganó el
peronismo en la provincia de Buenos Aires y en nueve provincias más?
Por eso se ha de asumir con todas las letras que no se trata de un fallo de jueces gorilas motivados por un antiperonismo visceral, Debe señalarse con toda claridad que es el nivel de lo político el flanco del ataque producido cuando también se pone en cuestionamiento el proceso electoral chaqueño del domingo venidero y se reclaman modificaciones electorales extravagantes para impedir el fraude. Mediante estas impugnaciones se quiere arribar a la descalificación adelantada de las elecciones presidenciales de octubre próximo. Se trata de impedir el triunfo de los compañeros que encarnan el proyecto nacional, y si eso fuese imposible intentar deslegitimar el proceso electoral para condicionar al próximo gobierno popular. Así lo articula y lo promueve un caracterizado vocero de los intereses destituyentes. Nos referimos al periodista del diario La Nación, Joaquín Morales Solá. Este personaje nefasto, consultor de las cúpulas de la dictadura genocida a través de sus caracterizadas columnas en el diario Clarín y en La Nación, en la columna de hoy “Una decisión demoledora”, fija sin ambages la estrategia golpista que estamos denunciando.
En esta interpretación de los hechos los militantes entrerrianos, junto a nuestro Gobernador, Sergio Urribarri y en solidaridad con el Frente para la Victoria Tucumano, denunciamos el carácter de violencia destituyente del fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán, y exigimos una pronta vuelta al sendero de respeto al sufrido pueblo tucumano y a su
voluntad soberana de elegir como gobernador al compañero Juan Manzur.
FIRMAS: Juan Javier García, Pedro Báez, Cacho Schiavoni, Lautaro Gervasoni, Jorge Barreto, Juan Huss, Julian Froidebaux, Raul Barrandeguy, Sergio Delcanto, Rubén Virue, Francisco Senegaglia, Daniel Irigoyen, Cesar Echart, Susana Gabbini, Carlos Bilbao, José Luis Lavini, Rubén Bellegotti, Lucy Grimald, José María Blanco, Juan Iturburu, Siguen firmas.
