El PJ apuesta al voto vergonzante
En Entre Ríos, los votos reales del peronismo se verán el domingo.
De cara al histórico ballotage que definirá este domingo al próximo presidente de la nación, más allá de la confianza exultante que demuestra el candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, y su sector, el representante del FPV, Daniel Scioli, puede complicar la situación si logra ventaja en Buenos Aires.
Todas las miradas estarán puestas en la provincia en la que el gobernador bonaerense se impuso por el 5% en las generales. Scioli deberá intentar mantener esa diferencia para tener la expectativa de obtener un triunfo, que se dará si logra contrarrestar los resultados en Capital Federal, Córdoba y Mendoza, en donde se impone el macrismo.
El peronismo apunta a lograr el voto vergonzante, aquel de quien no quiere revelar a quién va a votar pero finalmente se decide por el candidato oficialista.
Ese voto puede provenir de los más de 5 millones que obtuvo el massismo y del gran porcentaje que fue en blanco. Esos sufragios, a pesar de originarse con fuertes críticas hacia el kirchnerismo, pueden definirse hacia el candidato oficialista.
En Entre Ríos se verán los votos reales del peronismo y no se esperan sorpresas, salvo en Concordia, en donde Scioli puede ampliar la diferencia debido a que el voto massista en la provincia fue peronista y en esta oportunidad podría ir hacia el oficialismo.
La diferencia en la llamada capital del peronismo de la Entre Ríos permitiría el triunfo del FPV en la provincia. Los departamentos complicados son Diamante, Federación, Gualeguay, Gualeguaychú, Nogoyá, Tala, Victoria y Paraná, que fue elegida por Scioli para ahcer una caravana de cierre de campaña justamente por ser una de las localidades en las que el FPV perdió en octubre.
De todos modos, más allá de saber qué candidato se impondrá, queda la duda de qué ocurrirá con el kirchnerismo luego de que el 10 de diciembre la presidenta coloque la banda sobre el pecho del ganador.
En el peronismo se instaló la duda de si el oficialismo realmente quiere que el próximo presidente sea Daniel Scioli, ya que el poder quedará en el kirchnerismo en caso de tener el lugar de oposición de Macri, pero se transformará en sciolismo si se da la victoria del gobernador bonaerense.
Es más, en su última aparición pública, días después de las elecciones de octubre, Cristina Kirchner no pronunció el nombre de Scioli en ninguno de los tres discursos que dio a la militancia desde los balcones de Casa Rosada.
La presidenta se refirió al gobernador de Buenos Aires simplemente como “el candidato del proyecto” y la omisión de su nombre sembró desconcierto en los analistas y militantes.
En un país con una tradición presidencialista, en la que el poder se centra en el gobernante de turno, el kirchnerismo más puro no estaría dispuesto a depositar en Scioli lo construido en más de una década de gobierno.
Para evitar eso, parecería que en la estrategia del kirchnerismo para mantener el poder pensando en 2019 es más favorable ser la fuerza opositora de un gobierno macrista que tendrá ambas cámaras en contra.
En el debate del pasado domingo, por un lado, Scioli se movía entre la ambigüedad de reivindicar los puntos favorables del proyecto e insistir en despegarse del “gobierno que termina el 10 de diciembre”.
Por el otro, el caballito de batalla de Macri, al igual que durante toda la campaña, era ligar al gobernador bonaerense con figuras del kirchnerismo más puro, como Aníbal Fernández y Carlos Zannini.
Mientras el votante anti k independiente se inclina por el candidato de Cambiemos, algunos sectores no kirchneristas del peronismo evalúan otorgarle el voto a Scioli precisamente para que quitarle el poder al oficialismo actual.
Este domingo se dará una elección en la que puede ser decisivo el resultado en la provincia de Buenos Aires y a la que Daniel Scioli llega con una victimización que podría provocar una sorpresa.
Así como Macri para las elecciones de octubre era visto como el perdedor, el gobernador bonaerense viene como punto, y puede transformarse en banca si el peronismo decide castigar al kirchnerismo con el voto a Scioli.
