Desencantados
En intendente de Concordia no quedó satisfecho con el anuncio, tampoco la Federación que conglomera a los citricultores.
Ayer el presidente de la nación, Mauricio Macri, piso nuevamente el suelo entrerriano. Lo hizo en la ciudad de Concordia, donde, junto al gobernador Gustavo Bordet y funcionarios nacionales y locales, encabezó el acto de firma de un convenio entre las autoridades del INTA y representantes de la filial argentina de Coca-Cola Company, con el propósito de promover, en toda la región, el cultivo de variedades de citrus que son de interés para los productos de la marca multinacional.
“Tenemos que estar contentos, porque una vez más Coca Cola vuelve a confiar en los argentinos, en este nuevo rumbo que hemos tomado como país”, comenzó su discurso Macri.
Anunciando que la multinacional interesada en incrementar el abastecimiento para sus bebidas de productos cítricos provenientes de la zona de Concordia, Chajarí, Villa del Rosario y Monte Caseros (Corrientes).
“El compromiso de Coca Cola es a triplicar la compra en los próximos años de jugo concentrado de naranja”, precisó el presidente.
Sin embargo este anuncio no contentó a los concordienses, así lo dejó entrever el intendente de la capital del citrus al manifestar: “Era más conveniente que instalen la fábrica en Concordia”.
Agregando que anhelaban que Mauricio Macri “hiciera algún comentario de que esta primera etapa era comprar la fruta y en una segunda era poner una fábrica”, explicando la importancia del proyecto de envasado en origen y por qué surge, todo en relación a la visita del presidente de la Nación y sus anuncios de inversión.
“Cuando vino Macri en diciembre por la inundación, preguntó que había que hacer para terminar con los índices de pobreza”, respondiéndole Cresto al presidente que “la actividad principal es la fruta y la madera. Es mano de obra no calificada y en actividad primaria era darle valor agregado”.
“Cuando hablo con el ministro Bruyaile –ayer en Concordia-y me dice que iban a anunciar que la Coca-Cola iba a comprar cítricos, les dije que para nosotros era más conveniente que instalen la fábrica, que es lo que significa el envasado en origen, ya que iba a traer crecimiento a toda la región”.
Por último, Cresto reconoció: “Es cierto que garantiza la compra de gran parte de la producción de la fruta, pero queremos un poquito más, la idea era entregarle el proyecto antes que llegue al INTA para que lo leyera”, comentó Cresto refiriéndose al documento presentado en mano en el arribo de Macri al aeropuerto.
Otros que también expresaron su descontento fueron los dirigentes de la Federación del Citrus, organismo que nuclea a los citricultores entrerrianos, a través de las declaraciones de su presidente Fernando Borgo.
Al respecto sostuvo “no quedó del todo claro en cómo se pueden traer las inversiones”, agregando a manera de pregunta “cuánto jugo necesitaría la multinacional”.
“Lo que queda claro es que hoy, con el jugo que se puede comercializar en la industria, no se puede subsistir”, detalló el dirigente.
En ese sentido, comentó que el productor regional “le lleva a la industria, lo que le sobra en la quinta”. Remarcando que “o tirás la fruta o la llevas ahí”, dado que “no hay un margen de ganancias” óptimo para esa rama de comercialización.
“La demanda está, pero si los precios serían los convenientes nosotros estaríamos llevando la fruta y no quejándonos que nos quedó la fruta en planta”, argumentó el citricultor.
Según el presidente de FECIER, el mercado global de las bebidas va in crescendo. “El jugo es una alternativa cierta para nuestra producción, por eso se insistió con la fábrica de jugo en Villa del Rosario”, ejemplificó. Pero acto seguido afirmó que el insumo que pide actualmente Coca Coca “es básicamente de naranjas, en un porcentaje ínfimo y que no nos mueve el amperímetro”.
Es que en la región, “la mitad de la producción es de naranjas y la otra mitad prácticamente es de mandarinas (un 40%)”, sostuvo el dirigente.
Siempre en la óptica de Borgo, en la zona históricamente “se le apuntó al fresco y teniendo a la industria para dejar la fruta que no se comercializaba”.
En este sentido, el citricultor recordó que “hace 15 años cuando la exportación era la vedette del mercado, muchos productores apostamos a una variedad de mandarina que era del paladar del mercado europeo”.
Sin embargo, dijo que “hoy que tenemos ese mercado cerrado, tenemos esa fruta sin comercializar porque es una fruta que quizás no sea del paladar de nuestros consumidores locales “y agregó que “a lo que quiero llegar es que no es fácil para un productor decidir qué plantar”, sentenció.
Borgo remató mencionando que una producción de estas características está pensada a “15 o 20 años”, definiéndola como “proyectos a largo plazo. Eso se complica en un país tan oscilante como el nuestro”, aseveró.
Por último – y en la misma línea de pensamiento – Borgo insistió en los anuncios serán positivos, dependiendo “del margen del ganancia que haya” y paso seguido sentenció, “hoy -con los precios actuales – se podría decir que es inviable hacer una quinta de citrus para jugo”.
En ese punto, aclaró que a un empresario que quiere venir a invertir a la región, tampoco le interesaría hacerlo en la citricultura en general. “Hoy el sector está devaluado y somos citricultores porque nos gusta”.
De todas maneras, sostuvo que sus dichos deben ser tomados sin intención de menospreciar el anuncio de este viernes, dado “todas las herramientas para reflotar el sector son bien recibidas y dan ánimos para ver de qué manera se lo puede capitalizar en la zona”.
