A pesar de las intimaciones, los privados siguen construyendo
La secretaría de Infraestructura intimó a los privados a detener las obras, pero los trabajos continúan sin controles por parte del municipio.
La urbanización que se ubica en el Acceso Norte de la ciudad de Paraná se realizó sobre un terreno inundable, en el que históricamente habitaban totoras y cañaverales, y no se hicieron los estudios de suelo necesarios para realizar los drenajes correspondientes para no provocar impacto ambiental en el lugar y en zonas aledañas.
Debido a los terribles daños que ya se provocan en cada lluvia de mediana intensidad y a los que se podrían provocar con las cloacas y servicios, la secretaría de Infraestructura, que conduce el arquitecto Eduardo López Segura, y la Dirección Provincial de Vialidad, bajo la titularidad de Alicia Benítez, intimaron a los privados a detener las obras hasta no contar con los estudios correspondientes.
Más allá de las órdenes, los vecinos denuncian que los privados desoyeron la autoridad y continuaron con los trabajos, pasando por alto todas las advertencias del municipio y, peor aún, sin mostrar mayor interés en las gravísimas consecuencias que la obra puede causar en la zona.
El argumento que esgrimen los dueños de la urbanización, El Sistema de Previsión Social para Médicos y Bioquímicos de Entre Ríos, y la empresa contratista de la obra, Norvial Servicios S.A., es que cuentan con una habilitación otorgada durante la pasada gestión municipal por el entonces subsecretario de Infraestructura, Abelardo Llosa.
La sospechosa habilitación fue gestionada ante el municipio y el actual funcionario provincial, Llosa, por el representante y presidente del Colegio de Bioquímicos de Entre Ríos, Roberto Gebhart, padre del secretario de Relaciones Institucionales de la provincia, Pedro Gebhart.
De todos modos, la autorización habría sido otorgada de forma irregular, ya que los privados se negaron a confirmar la realización de los estudios de suelo cada vez que les fueron solicitados.
Desde octubre del año pasado el Colegio de Bioquímicos y Norvial tienen la prohibición de continuar con los trabajos, algo que ha sido notificado y reiterado en numerosas oportunidades por López Segura y diferentes reparticiones municipales y de Vialidad.
A pesar de eso, los vecinos denuncian que las obras continúan cotidianamente y enviaron a este medio un video que fue filmado este domingo en el que claramente se puede observar a los camiones, maquinarias y obreros en pleno trabajo desoyendo toda autoridad.
Pero si de violar las normas se trata, el dueño de la empresa constructora, Norvial, el ingeniero agrónomo Leonardo Damonte, tiene antecedentes: en 2005 fue condenado a dos años de prisión por evasión al fisco.
El municipio de Paraná, tan atento a controlar en otras situaciones, parece mirar para otro lado en este caso y no ejerce ni por asomo el poder de policía que le corresponde para resguardar la salud, la integridad y la propiedad del resto de los vecinos.
En el caso de los controles de cascos en las motos o de autos mal estacionados, los agentes municipales ponen multas a diestra y siniestra y la grúa se lleva vehículos sin miramentos pero en una situación mucho más grave como es la alteración del terreno y de desagües naturales, los infractores siguen con su trabajo sin sufrir la más mínima consecuencia.
Este emprendimiento representa un negocio millonario para sus dueños, ya que, justamente por la poca factibilidad para construir sobre esos terrenos, adquieren las tierras a un costo muy bajo, que se comenta sería de 1 millón de pesos, y luego del fraccionamiento revenden los más de 400 loteos a un precio absolutamente sobrevalorado, que rondaría el millón de pesos, lo que significa una ganancia descomunal de 400 millones de pesos.
En ese sentido, en la Asamblea Legislativa, el gobernador Gustavo Bordet pareció haber puesto mano firme con el tema de los loteos al afirmar que ya se enviaron proyectos de ley a la legislatura para terminar con los negocios inmobiliarios en los que “se burla y se estafa la ilusión de muchos entrerrianos que quieren su vivienda propia”.
Más allá de eso y de la insistencia de algunas áreas para detener las obras, el municipio de Paraná no toma medidas en este caso de atropello total a la autoridad y todo hace pensar que la municipalidad se encuentra bajo un estado de anarquía absoluto.
Según se comenta, así como Llosa habría tenido en su momento millones de razones para habilitar el loteo, hoy por hoy, alguien en el municipio también tendría numerosos motivos para hacer la vista gorda y no frenar de una vez por todas las perjudiciales obras.
