Lo de Huck un poroto
Indignados y hartos, los vecinos exigen controles y soluciones al intendente por el desborde de cloacas y desagües, mientras que desde el Acceso Norte le recomiendan a Varisco que vaya consiguiendo un matafuegos si todo sigue igual.
La ex intendenta de Paraná, Blanca Osuna, emitió un decreto en 2013 en el que se exige que todas las urbanizaciones, loteos o edificaciones deben presentar para su aprobación un estudio de napas que arroje resultados sobre la permeabilidad del suelo.
En ese sentido, se dispone que el estudio debe ser firmado por un profesional competente en la materia y se debe adjuntar también una imagen satelital del lugar en el que se llevará a cabo la urbanización y que todo deberá contar con la autorización del Secretario de Planificación, Infraestructura y Servicios.
A pesar de haber firmado de su propio puño y letra esa orden, en 2015 Blanca Osuna y sus funcionarios otorgaron una habilitación para el millonario loteo ubicado en el Acceso Norte sin que los privados hayan presentado los análisis de suelo exigidos por el decreto de 2013.
Entre las firmas que autorizan esa urbanización se encuentra la de Abelardo Llosa, entonces subsecretario de Infraestructura del municipio, quien firmó entre gallos y medianoche y obviando el decreto de 2013.
Muchos adjudican esta maniobra al esposo de Osuna, Carlos Molina, quien sin ser funcionario municipal instaló una oficina privada en el palacio municipal y para tener comunicación directa con el despacho de la intendenta la construyó con paredes de durlock reduciendo la oficina del entonces secretario de Gobierno, Arnaldo Gomariz.
Así Molina impidió la comunicación directa entre el secretario de Gobierno y la intendenta y lo dejó en una oficinita pequeña en la que a duras penas entraba y podía moverse Gomariz.
Esa situación provocó que muchos se preguntaran por qué Gomariz aceptaba tal avasallamiento y maltrato por parte de Molina, y que quisieran saber por qué el titular de la Unidad Ejecutora Ferroviaria de Entre Ríos, es decir, un funcionario provincial, tenía su oficina en el municipio.
Con la habilitación irregular en mano, Leonardo Damonte, el ingeniero agrónomo y titular de la empresa constructora Norvial, comenzó las obras en el loteo del Acceso Norte rellenando y tapando un terreno de bañados y cañaverales.
Los estudios de suelo adecuados habrían demostrado que la zona no es apta para la construcción y mucho menos si para desviar el cauce del arroyo se hacen obras superficiales como en este caso.
Los vecinos de la zona enviaron a este medio una fotografía en la que claramente se observa en una boca de registro o cámara de afluentes cloacales que el agua de las napas llega casi hasta la superficie del terreno.
Si bien este tipo de construcciones suele contar con bombas para drenar el agua hacia otros lugares, en este caso se trata de una vertiente, por lo que el agua se encuentra permanentemente en el lugar y aunque se la bombee vuelve a surgir.
Además, según denuncian los vecinos, los desagües del terreno desembocan en las banquinas pertenecientes a Vialidad Provincial, lo que significa un gran peligro para el fluido tránsito del lugar, ya que durante lluvias de mediana intensidad se pueden producir espejos de agua en la ruta y tampoco permite a las banquinas drenar como deberían, lo que podría provocar graves accidentes.
Más allá de las numerosas intimaciones que recibieron los privados por parte de Vialidad provincial y del municipio para detener las obras, las obras en el Acceso Norte continúan a un ritmo que preocupa al resto de los vecinos de la zona.
Se trata de una urbanización millonaria ya que el terreno habría sido adquirido por una suma que rondaría el millón de pesos y con una inversión de 10 millones y el fraccionamiento dejaría para los privados una ganancia de más de 400 millones de pesos.
A pesar de la existencia del decreto Nº1825/2013, el loteo fue aprobado sin miramentos durante la gestión de Blanca Osuna y hoy en día el intendente Sergio Varisco y algunos funcionarios estarían haciendo la vista gorda para no controlar y detener los trabajos.
Por otra parte, este fin de semana, los medios televisivos locales se hicieron eco del reclamo de los vecinos de barrios como el 33 Orientales, Santa Lucía y otros, quienes denuncian la falta de controles en las instalaciones de cloacas en esos lugares.
El reclamo de los paranaenses se centra en que los desagües y las cloacas colapsan ante una lluvia de mediana intensidad porque las obras se habrían hecho sin los estudios de suelo correspondientes.
En el caso del Acceso Norte, los vecinos prevén el impacto ambiental que la urbanización inminentemente generará en el lugar y en zonas aledañas, y algunos dicen que Varisco debería ir preparando el matafuego porque los vecinos amenazan con incendiar el municipio.
