El mundo del revés
Lejos de acabarse, los escándalos, las persecuciones, las irregularidades y las arbitrariedades, siguen como moneda corriente en la Casa Universitaria de Estudios, ahora denuncian a máximas autoridades por violencia de género y amenazas, ¿qué dirá la CONEAU?.
Un nuevo escándalo, esta vez –si nos remontándonos al Siglo XVII con la creación de la primera universidad a la actualidad- sin precedentes en la historia universitaria de nuestro país que tiene como protagonista a la Universidad Autónoma de Entre Ríos.
Recordemos que UADER viene estando en el ojo de la tormenta por serias irregularidades y arbitrariedades cometidas en el seno de la casa de estudios, la cual hace un tiempo es conocida como «el agujero negro de la provincia».
Ahora, el penoso episodio, que solamente le otorga desprestigio a la Universidad, se suscitó en la sede Santa Elena de la Facultad de Ciencia y Tecnología bajo el decanato del Dr. José Noriega.
Un inusitado suceso que pasó desapercibido puertas afuera de la ciudad pero que sacudió fuerte en la comunidad santaelense debido al sorprendente cambio de autoridades de la sede.
A mediados de febrero en una carta abierta la Coordinadora de Sede, la Bioquímica Alicia Dolores Mauri denunciaba haber sido desplazada de su cargo administrativo luego de 11 años en la función por orden de Noriega.
Según dicha misiva, la flamante autoridad no solo echó a Mauri sino que en su reemplazo como máxima autoridad de la carrera en la sede local al alumno de la casa, Ariel Juárez.
Juárez, el estudiante premiado con la coordinación general de la sede, pertenece al sector del intendente Silvio Moreyra, oficiando a su vez de su secretario privado, dato no menor, si tenemos en cuenta que su designación generó un gran revuelo político en el Departamento La Paz.
Y no es para menos, según los mentideros de la universidad, Juárez, llegó al cargo, luego de una “vendetta”, comentan, suscitada días previos a las elecciones de decano cuando se dio vuelta y votó a favor de Noriega.
Una designación, cuanto menos, llamativa si pensamos que el estudiante convertido en la autoridad máxima debe supervisar a la planta de profesores que, a su vez, deben calificarlo en las materias de su carrera.
Un hecho insólito si tenemos en cuenta que es él quien tiene la facultad, junto con el decano, de dar por concluidas las contrataciones “transitorias” (le llaman ellos) que poseen la mayoría de estos profesionales con títulos de grado y posgrado cada 31 de marzo cuando éstas se vencen automáticamente.
Recordemos que la Casa de Estudios, para el cuerpo docente, tiene tres tipos de nombramientos, Titulares, es decir, aquellos que han concursado el cargo y así lo han designado; transitorios, aquellos que han concursado y así han sido designado y, designaciones directas, no teniendo, estos dos últimos, según la propia normativa interna de la Universidad, estabilidad en el cargo.
Una anormalidad pocas veces vista en una Universidad que pretende constituirse, ya hace 17 años, en un modelo educativo, ya que existen profesores con más de 5 años al frente de sus cátedras y que accedieron por concurso y con capacitaciones constantes, que quedan a merced del autoritarismo de quienes deben prorrogarles sus horas cátedras.
Justamente esto es lo que habría pasado con el nuevo coordinador Juárez y el decano Noriega, los cuales, sin ningún fundamento y hasta asumiendo una actitud patoteril, comentan en San Elena, desplazaron a una prestigiosa docente de la carrera de tecnicatura universitaria en Granja y Producción Avícola que se dicta en la sede santaelense y forma parte de la oferta académica de la Facultad de Ciencia y Tecnología.
El desaventurado desplazamiento, comentan en los pasillos de la Facultad, se suscitó hace aproximadamente un mes, cuando la Profesora Soledad Fleitas, reconocida profesional, dicen, una de las pocas en la provincia con el título de licenciada en educación, retomó sus tareas académicas luego de una licencia por enfermedad.
Según comentaron, al llegar a la sede, el coordinador Juárez le impidió ingresar a la misma, manifestándole que ya no formaba parte del plantel docente, que no podía dar clases porque no le habían renovado las horas.
Frente al penoso episodio, la docente, que obtuvo la cátedra por concurso hace ya casi 9 años, le pidió explicaciones al flamante coordinador, contestándole este, con improperios y manifestaciones agraviantes, que se fuera porque ahí mandaba él porque era la autoridad máxima, episodio grave el de Juárez, que, junto con otros anteriores también cometidos contra Fleitas, le valieron de una denuncia por violencia de género.
Según los comentarios de pasillos, el desplazo de Fleitas no tendría más fundamento que un pedido del secretario general dela Facultad de Ciencia y Tecnología, Fernando Vittar, al cual Juárez y, lógicamente, el decano, ejecutaron al pie de la letra.
Vittar, una de las altas autoridades de la Universidad que conduce el bioingeniero Aníbal Sattler, habría tenido un entredicho con la Profesora Fleitas luego de conocerse el apartamiento de la coordinadora, adjudicándole Vittar una publicación de Facebook que Fleitas no realizó.
Según comentaron, Vittar habría amenazado a Fleitas telefónicamente con que iba a perder no solo las horas cátedras como docente sino también las horas cátedras otorgadas hace un tiempo para cumplir tareas administrativas. Las palabras de la importante autoridad de UADER habrían sido de tal magnitud que hoy enfrenta una denuncia penal por violencia de género y amenazas.
Hoy, las expresiones de deseos de Vittar se cumplieron al pie de la letra, y a Fleitas no solo le quitaron las horas cátedras a las cuales accedió por concurso docente, sino que también la dejaron sin las horas para cumplir tareas administrativas.
Indudablemente, lejos de acabarse, los escándalos, las persecuciones, las irregularidades y las arbitrariedades, siguen como moneda corriente en la Casa de Estudios Universitarios, ahora con alumnos convertidos en autoridades máximas por arte de magia y desplazando, a gusto y piacere, a prestigiosos docentes.
Frente a la lamentable crisis institucional de UADER, como muchos la califican, resta preguntarse que dirá la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), la cual fue creada con la finalidad de contribuir al mejoramiento de la educación universitaria.
