En este 2023 de elecciones, Bordet está urgido de recuperar algo de su irremontable imagen negativa. Con su reina a salvo con fueros asegurados, Stratta segunda en la lista de diputados, sacrifica para la gilada a su fiel alfil Kueider, que siempre ha sido el encargado de los trabajitos sucios, ganándose la antipatía de la militancia peronista.
A Edgardo Kueider lo tildan de «El Monje Negro», ya que siempre se ha movido en las sombras, elucubrando y colaborando con Bordet, como su hombre de confianza más cercano. Con la reciente ruptura del bloque oficialista en el Senado de la Nación, y con el pretexto de defender los intereses de Entre Ríos en materia de beneficios por la generación de energía eléctrica, Kueider se ha puesto en el ojo de la tormenta al encabezar esta movida secesionista. Bordet, lejos de apoyarlo en esta postura que es un clamor de años de todo Entre Ríos, aprovechó para poner distancia del senador.
Kueider ha sido siempre un escudo protector de Bordet. Nadie podía llegar al Gobernador de manera directa. Empresarios, ministros, funcionarios, debían tratar primero con Kueider, quien hacía de interlocutor, filtro, y, sobre todo, consultor de Bordet. Además, desde un principio fue el encargado de las campañas electorales de Bordet. La de este año sería en la primera que no participa, aunque tampoco cuenta con un buen antecedente, ya que es el gran responsable de la catastrófica derrota del 2019, cuando Bordet, para eludir reconocer el fracaso, dio su recordado anuncio “ganamos Feliciano”.
El arma principal de Kueider es el dinero de la Secretaría de Comunicación de la provincia, con el cual, a través de pautas publicitarias, logra blindar la imagen de la gestión gubernamental y la suya. Pero, Kueider está seriamente implicado en la causa Multimedios Regionales, una causa que, según los operadores de Bordet con fiscales y jueces, es más complicada que la de «La Vaca», por la que condenaron a Urribarri y a su cuñado Aguilera a 8 años de prisión. Hoy esa causa está planchada, por los oficios de gente muy vinculada a la Justicia y al Ministerio Público Fiscal. Ramírez Montrul es el tímido fiscal que no se anima a avanzar y la tiene archivada.
Como práctica habitual, ante la amenaza de un proceso judicial, los fueros son tabla de salvación, y Kueider presionó en su momento a Bordet para que le posibilite aferrarse a una senaduría nacional, a pesar de ser un dirigente de poco peso y que no suma votos. Pero no le podía negar el favor a su ladero más leal.
Sin embargo, pareciera que las circunstancias han cambiado, y Bordet quiere instalar en la nación pero principalmente en el PJ entrerriano que le soltó la mano ante el desplante que Kueider hizo en el Senado, PERO, quienes conocen la intimidad de esta relación, saben que son prácticamente las dos caras de la misma moneda, y este distanciamiento sería algo consensuado.
Lo que se estaría viendo públicamente entre Bordet y Kueider sería solo un montaje escénico, guionado, con la finalidad de quitar el lastre que Kueider implica para la figura del Gobernador, ya que, de esta manera, Bordet mejoraría algo su imagen frente a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner, y, sobre todo, ante los peronistas entrerrianos, que de tanto repudio que sienten por Kueider, han militado y votado en contra del PJ en las últimas elecciones. Con todo, esta maniobra reafirma que para Bordet lo primero es lograr su seguridad y resguardo, sin importar a quien de su entorno deba sacrificar.
1 comentario
Kueider es de lo peor de la política, junto al Alfredito piquetero