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Por despidos, renuncias o alejamientos informales, el Ministerio de Capital Humano sufre permanentes bajas desde el inicio de la gestión; las desinteligencias con la cúpula libertaria
La reducción del esquema ministerial que implementó el gobierno de Javier Milei tuvo su piedra angular en la creación de una nueva cartera. Además de incorporar el delicado entramado de la Anses, Capital Humano absorbió las complejidades de los otrora ministerios de Desarrollo Social, Trabajo, Cultura y Educación.
La movilización del pasado martes terminó de abrir un nuevo frente para el Ministerio, que con apenas el 10% de la gestión transitada, acumula problemas y exhibe trabas en el funcionamiento interno. Las salidas de funcionarios sin nombramientos, las renuncias de muchos otros con cargos oficializados, los cortocircuitos con la cúpula de Gobierno, y el malestar interno que provoca la falta de designaciones, tensionan el armado sobre el que se para la ministra Sandra Pettovello, y desafían el rediseño ministerial del Gobierno.
El último episodio estalló el jueves de la semana pasada, cuando la ministra, en la antesala de la multitudinaria marcha en defensa de la educación, se encontraba en Neuquén, próxima a recorrer junto al Gobernador de la provincia, Rolando Figueroa, las instalaciones de YPF en Vaca Muerta. “La ministra tenía especial interés en conocer algunas cuestiones importantes de la sociedad neuquina”, detalló el gobernador. En el entorno de Figueroa se encargaron de aclarar que la recibieron pese a que no le extendieron ninguna invitación formal.
Por esos días, aunque por cuerda paralela a la marcha, se cocinó la salida de Maximiliano Keczeli, cabeza del área legal del ministerio y mano derecha de Pettovello, así como también la de Gerardo Marcelo Hita, director de Consejo de Políticas Sociales, por donde Kezceli tuvo un paso fugaz al inicio de gestión.
Salidas y cortocircuitos
La historia comenzó torcida. El primer cortocircuito interno se dio al inicio de gestión, cuando el Gobierno dio marcha atrás con la designación de Carolina Píparo al frente de la Anses y nombró en su lugar a Osvaldo Giordano, un funcionario del schiaretismo. Giordano pagó con su cargo que su pareja, la diputada Alejandra Torres, votara contra algunos tramos de la primera Ley de Bases. Tras su partida, el Gobierno sacó pecho en más de una oportunidad de los logros de Giordano al frente a la Anses.
La ruidosa salida de Omar Yasín de la secretaría de Trabajo fue otro de los episodios que evidenciaron desinteligencias en la cúpula libertaria. Javier Milei lo responsabilizó por la polémica suba en los sueldos de altos funcionarios, dada a conocer el 9 de marzo, pero activada a fines de febrero por un decreto que llevaba la firma del Presidente.
Dos meses antes, el segundo del área, Horacio Pitrau había sido eyectado de su cargo tras un encuentro con el sindicalista Armando Cavalieri. Con la llegada de Julio Cordero a la secretaría, Mariana Hortal Sueldo, la subsecretaría que remplazó a Pitrau, puso a disposición su renuncia, pero desde el Ministerio le solicitaron que permaneciera en el cargo por ser de las pocas funcionarias con firma. Renunció a principios de mes.
Aunque atenuado, otro de los frentes abiertos de Capital Humano es la disputa con las organizaciones sociales. El cambio de esquema en la distribución de mercadería para los comedores comunitarios, enmarcado en la lucha que emprende el Gobierno contra la “intermediación”, frenó el reparto de alimentos, despertó cuestionamientos de la Iglesia y de distintos sectores políticos, y desencadenó una serie de protestas callejeras a manos de los movimientos sociales.
En una de ellas, Pettovello salió a ponerle el cuerpo al conflicto y se enfrentó a un grupo de militantes de la UTEP que se encontraban en la sede del Ministerio en el barrio de Retiro. “Voy a atender uno por uno a la gente que tiene hambre, no a los referentes”, desafió. La reacción le valió una nueva movilización: las organizaciones le plantaron una fila de 20 cuadras que se iniciaba en la puerta del Ministerio. “Fue un error táctico por la falta de experiencia”, interpretó en su momento un exfuncionario de Capital Humano. “Puso la cara y se quedó sin fusibles”, graficó.
En medio del conflicto por los alimentos, Pettovello cerró un acuerdo con Aciera, una alianza de iglesias evangélicas. Su director, Cristian Hoof, reconoció dificultades para repartir los recursos asignados. “Nos metimos en un lío”, sostuvo, en alusión a la logística.
La escalada de tensión derivó en el portazo de Pablo Rodrigué, quien gestionaba la entrega de alimentos dentro de la secretaría que conduce Pablo de la Torre. Junto con él, partió también Agustín Sánchez Sorondo, virtual director administrativo de la secretaría y a los 20 días, en medio de la restructuración del Potenciar Trabajo, también dejó su cargo Rodrigo Aybar, responsable del programa social. Más acá en el tiempo se dio el corrimiento de Rubén Basillota, director de la Casa Patria Grande Néstor Kirchner, de estrecho vínculo con la ministra. Esgrimió, como otros funcionarios, “razones personales”.
“Si dominan el Ministerio, nos dan una clase de gestión pública”, marcó un exfuncionario de la anterior administración.
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