El carnaval va por departamento.
Marsó y Adami socios políticos que juegan “aparentemente” en sectores diferentes; y claramente definidos en lugares opuestos, Jourdán, Arlettaz y Canali.
Colón es uno de los departamentos más complicados para el PJ ya que históricamente la suerte del justicialismo allí no ha sido fácil, y todo parece pronosticar que la que viene tampoco.
Mientras el intendente de Colón, Hugo Marsó se encolumna con el gobernador Sergio Urribarri con sus lógicos beneficios; por otro lado, su gabinete está integrado en su totalidad por dirigentes que le responden su socio político el diputado Rubén Adami, que está en las filas de Busti.
En Concejo Deliberante de esa localidad, una parte de los ediles municipales le responde a “Laucha” Del Real, quien se esmera en que todo el mundo note que se identifica con Kirchner.
Es más, según comentan los mentideros políticos, no se descarta que Marsó sea uno de los intendentes que Busti no quiere botonear (junto a otro que hace unos días le habría solicitado a través de dos estrechos colaboradores un préstamo de $10.000 para hacer frente a deudas de juego, una cuestión de sangre, dicen).
Lo que queda claro al mantener Marsó entre sus principales funcionarios a hombres de Adami (que están a tiro de decreto), es que la sociedad de la lista 100 aún se mantiene en el tiempo, y en algún momento tendrá que desembocar entre Busti y Urribarri dejando de transitar por el filo del hacha.
En ese departamento hay dos personas que están definidas en que sector van a jugar. Por un lado, el diputado provincial, Eduardo Jourdán, alineado en el bustismo, aunque hay que ver qué nivel de juego le da Busti. Por el otro lado, el senador Oscar Arlettaz encolumnado con Urribarri.
Aunque el gobernador en su armado político prioriza la figura de los intendentes. Como lo ha hecho con el intendente vecinalista de San José, Pablo Canali, ya que Urribarri le ha dado mucho a esta ciudad. Pero aún resta saber si va a ser recíproco el apoyo, porque si bien estaría casi descartado que Canali trabaje en contra del gobernador, dejaría liberado hacia arriba como comentan en los pasillos del municipio de esa localidad.
Más allá del respiro que genera en muchos dirigentes, intendentes, legisladores y referentes la posibilidad de que las elecciones se realicen a fines del año que viene, resta saber qué pasaría si tanto Urribarri como Busti aprietan un poquito y exigen definiciones rápidas.