El sector oficial tenía un propósito: polarizar la Capital entrerriana sin que esto se trasladara a todo Entre Ríos; Para conseguirlo, Sergio Varisco tuvo que sufrir «el abrazo del oso».
En principio, eran los mismos integrantes de las listas del PJ oficial los que salían a declarar, siempre que podía, que Varisco tenía muy buenas chances en la Capital Provincial. Y luego, al candidato Radical tuvo que sufrir el famoso abrazo del oso.
¿Qué quiere decir esto? Que si el Bustismo en un principio apoyó y abrazó a Varisco, luego lo hundió con ese mismo abrazo. Primero lo mostró como la carta de triunfo y luego le soltó la mano para sacarlos de la cancha.
Con esto, el oficialismo se aseguró que los votos que Varisco podía sacar no le hicieran el campo más favorable al candidato del Frente para la Victoria.
Esta fue la capacidad del Bustismo que logró establecer, hasta hace poco, que la pelea era Raúl Solanas –Sergio Varisco, mientras que el candidato oficial ni siquiera aparecía. Luego, con su jugada consiguió sacar al candidato Radical de la cancha y se logró el efecto deseado: polarizar la elección entre los dos PJ.
Así, ahora, Paraná quedó divido entre Urribarri-Halle/ Julio Solanas- Raúl Solanas.
Falta todavía cerrar la estrategia, y para eso es necesario que esta polarización no se traslade a la provincia. Cuestión que no debería ser tan complicada si se piensa en los 5 o 6 candidatos que existen para gobernadores de Entre Ríos: Emilio Martínez Garbino por el Nuevo Espacio, Agustín Addy por el PRO, más otros del PPR y del Radicalismo.
El objetivo final del oficialismo es que, en la Provincia, la fórmula de Urribarri-Laurito no se polarice con la de Solanas-Cresto.
Restan 30 días, y a nadie le gusta perder.
