EDITORIAL PROGRAMA “DE FRENTE”
Comenzó la etapa de transición, ahora la provincia tiene dos gobernadores, uno en ejercicio y otro electo; aunque el último, llamativamente, tomó distancia del primero.
Urribarri no estuvo en Paraná junto al actual Gobernador el domingo por la noche, sino que se quedó en Concordia donde realizó los festejos y las conferencias de prensa. Recién anoche regresó a la Capital Provincial, a tiempo para el acto en la explanada de Casa de Gobierno, el cual se demoró un día respecto de lo que el Bustismo acostumbra en sus triunfos.
El electo primer mandatario no arribó sin antes enviar la renuncia a su cargo de Ministro de Gobierno de la Provincia (del cual tenía licencia), dando a entender que un Gobernador no puede tener jefes, sino que «es jefe». De ésta manera, pareciera que Urribarri ha decidido despegarse de la actual gestión, como diciendo: no me voy a meter, a cambio de que luego nadie se meta en la mía.
Un mensaje claro, más allá de una serie de hechos que se sucedieron en el acto de anoche. Cuando, en el momento de las gratitudes y reconocimientos, Urribarri dijo que debía agradecer a varias personas por haber llegado a Gobernador, y aclaro, “entre ellas, a Busti”, como si éste fuera uno más, uno del montón.
Un Busti que se sintió tocado, con lo cual, al final de su discurso y en el momento en que Urribarri se disponía a saludarlo con el tradicional abrazo, el actual gobernador se dio vuelta hacia la izquierda, dándole la espalda y abrazando a José Cáceres, como queriendo decir: «primero los leales»….
Diferencias notorias donde es innegable que el gobernador electo apunta tras los pasos de Kirchner aunque Busti se resista a seguir los de Duhalde.
Y ésto se nota hasta en los discursos de Urribarri, donde éste se parece más al Presidente que al actual Gobernador. O por lo menos, de cada cinco veces que nombra al Primer Mandatario Nacional, sólo una vez lo hace refiriéndose a Busti.
Mientras, en la dirigencia provincial ya se están encolumnando, unos tras la jefatura de Urribarri, algunos con la de Jorge Busti y otros en el medio. A quien se les presenta el mayor problema es a los Intendentes electos, los cuales no quieren tomar posición por el momento, prefiriendo mantenerse en silencio y en la neutralidad. Algo diferente a los Legisladores electos, los cuales ya se encolumnaron abierta y públicamente tras el actual gobernador, dando a entender así que Busti fue y sigue siendo el conductor dentro del PJ y del Gobierno Provincial.
Pero claro, a diferencia de los Intendentes, quienes ocupan las bancas de la legislatura no dependen en su suerte del Poder Ejecutivo, lo cual les permite tomar una posición en contra del Gobernador. Cuestión que a los Presidentes Municipales puede costarle caro, o por lo menos, la experiencia así lo dice.
En definitiva, como dijera un filósofo: «La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano».
Ricardo David.
