Hay dudas acerca de la información con que cuentan las autoridades provinciales, que contribuyen a la incertidumbre y la desinformación en lugar de brindar tranquilidad, mientras que por el despilfarro del Estado provincial, el sistema sanitario entrerriano está preparado para atender solamente 60 casos de Coronavirus.
La pandemia del Coronavirus ha desnudado, como si hiciera más falta aún, la inoperancia, ignorancia y la incapacidad de tomar decisiones de las autoridades provinciales.
Mientras el presidente de la nación, asesorado por equipos de emergencia y atento a lo que está ocurriendo en Europa, toma medidas concretas y precisas, en la provincia hay de hecho una acefalía que sirve solamente para incrementar y profundizar la incertidumbre de la ciudadanía, y por lo tanto, genera más pánico.
El gobernador Bordet tiene un panorama tan sencillo como acatar al pie de la letra las medidas tomadas por el presidente, adaptarlas a la provincia, y esperar nuevas directivas.
En cambio, en Entre Ríos, las decisiones de las autoridades, salvo el cierre de las escuelas, llegan con una demora de 24 y hasta 48 horas. La falta de conducción se hace evidente.
En Salta, por poner un ejemplo, apenas se confirmó el primer caso de Coronavirus, el gobernador Gustavo Sáenz reunió al comité de crisis y tomó decisiones drásticas de manera inmediata: suspendió el transporte masivo, cerró escuelas y shoppings y prohibió la permanencia en lugares públicos.
En Entre Ríos se confirmó este martes el primer positivo de Coronavirus y Bordet ni siquiera apareció en la conferencia de prensa que brindaron las autoridades de salud.
En Paraná, el transporte público se suspendió luego de que los trabajadores decidieran en asamblea no prestar el servicio, en un reclamo por mejores condiciones de salubridad, y salariales, una deuda pendiente desde el año pasado.
El resto de las actividades públicas, ante la incertidumbre y la falta de directivas de las autoridades provinciales, fueron suspendidas por iniciativa propia de cada institución social, deportiva, educativa, y demás.
La confirmación del primer caso en la capital provincial también fue poco claro. Este Portal publicó este lunes la noticia de un paciente que estaba en estudio en el instituto Malbrán, que, luego de haber estado en Brasil, concurrió a la sede de Osecac de Paraná con síntomas compatibles con el virus. A la espera de esa confirmación, el gobierno provincial oficializó otro caso, que difundieron como el de un argentino que vivía en el exterior y que vino al país a visitar a su familia.
De todos modos, el anuncio oficial deja dudas acerca de la información con que cuenta el gobierno y decide divulgar o no, para no quedar mal parados ante la primicia de un medio de comunicación. Ante una situación semejante, resulta difícil creer que se trate de una casualidad y parece más una necesidad del gobierno provincial de salir a confirmar el caso ante la opinión pública negativa que se estaba generando porque la población tuvo que enterarse por un medio de comunicación y no por fuentes oficiales.
Es más, durante la conferencia de prensa de este martes realizada en Casa de Gobierno, en la que el gobernador no se presentó, se le consultó a la secretaria de Salud, Carina Re, cuál es la cantidad de respiradores artificiales con los que cuenta la provincia, para atender una eventual demanda de afectados por la enfermedad.
La funcionaria evitó responder concretamente esa pregunta y se refirió a la cantidad de camas disponibles, que de igual manera son muy escasas, ya que afirmó que hay un total de 103, para casi un millón y medio de habitantes.
De manera extraoficial, circuló que Entre Ríos cuenta con 60 respiradores artificiales para atender posibles casos, es decir que un número mayor de infectados provocaría un colapso del sistema sanitario provincial, algo que es de esperar debido a la carencia de directivas oficiales de parte de las autoridades entrerrianas.
Tampoco queda en claro por qué los casos se estudian en un instituto de Buenos Aires y no se puede hacer en la provincia, o por qué, en todo este tiempo, no se destinaron fondos a crear un laboratorio que pueda hacer ese trabajo en Entre Ríos, lo que eliminaría la burocracia y ahorraría tiempo vital.
Esta pandemia pone en evidencia otros problemas que ya acarreaba la provincia de Entre Ríos, como el enorme despilfarro del Estado provincial en la creación de cargos, ministerios, en la legislatura, viáticos, sueldos exorbitantes, organismos descentralizados, entre otros.
La provincia, en materia de salud, ya antes de que se decretara la pandemia, estaba muy atrasada, y seguramente también lo estará cuando esta crisis mundial termine.
Sin embargo, las partidas presupuestarias destinadas a gastos reservados, gastos superfluos del funcionariado, y demás, podrían redireccionarse con el fin de mejorar el sistema de salud.
Lo mismo comenta la gente con respecto a legisladores provinciales, que no trabajan desde el 10 de diciembre, si no cobraran sus altísimos sueldos por los días no trabajados la salud entrerriana dispondría de grandes fondos.
Con menos del sueldo mensual de un diputado podría comprarse un respirador artificial, con lo cual, un entrerriano podría atenderse el coronavirus, en lugar de pagar la fiesta del Estado provincial.
Otro gran tema son los controles de precios y abastecimiento. Mientras que el presidente Alberto Fernández anunció severas sanciones para aquellos comercios y supermercadistas que aprovechen la situación para remarcar productos, en la provincia nadie se ha pronunciado al respecto.
En Entre Ríos no hubo seguimientos de precios antes de la pandemia, mucho menos los habrá ahora, con un pánico generalizado que parece haber paralizado también a las autoridades.
Ni que hablar del abastecimiento. El domingo pasado, hubo largas colas en los supermercados, que quedaron con muy pocos productos a la venta, y la reposición no fue controlada ni garantizada por el Estado provincial.
Tal es la inacción del gobernador Bordet que algunos comentan que podría haber aprovechado los días de aislamiento social para dedicarse a una de sus actividades predilectas: la pesca.
En tanto, mandó a los funcionarios de salud a brindar una conferencia de prensa, a pesar de que él, como máxima autoridad provincial, debería haber estado respaldando y avalando con su figura las decisiones tomadas, a pesar de no ser un experto en la materia.
La prevención del contagio en Entre Ríos es nula, las medidas inexistentes o poco claras del gobierno provincial no hacen más que generalizar la incertidumbre y aportar a la desinformación.
Mientras los contagios se siguen dando en la provincia, al menos se podría acondicionar al sistema de salud para estar en condiciones de afrontar la situación con algo tan sencillo como redireccionar fondos.
Si solo los funcionarios dedicados a tareas esenciales trabajan, a raíz del asueto administrativo, que los viáticos y gastos reservados del resto, se vuelquen al sistema sanitario.
En estos momentos, enfermeras, médicos, nutricionistas, todo el personal de salud de la provincia cumple horas extra, dedica tiempo que no pasa con sus familias a intentar controlar esta pandemia, mientras que el gobierno provincial los deja librados a su suerte, sin marcar pautas claras de acciones a seguir.
Recién este martes se lanzó un 0800 para consultas. Antes de eso, un ciudadano que presentara los síntomas no sabía a quién tenía que recurrir, como ocurrió con el paciente que fue hasta OSECAC, poniendo en serio riesgo al resto de la población.
En momentos de crisis, las autoridades deben ponerse al frente de la situación para enviar mensajes claros, concretos, comprensibles, para pautar medidas a seguir y sancionar a quienes no las cumplan.
En Entre Ríos, reina la incertidumbre porque las autoridades provinciales no saben cómo actuar ante esta pandemia. Desde el gobierno provincial ni siquiera se enciende una lámpara para seguir las directivas nacionales. Eso se hace con significativas demoras que aumentan el riesgo de contagios.
Sin dudas, con apenas una parte de la fiesta que los entrerrianos le pagaron al gobierno provincial con sus aportes e impuestos a lo largo de estos cinco años, el sistema de salud de la provincia podría hacer frente dignamente a esta pandemia.
Pero no es así, los políticos entrerrianos siguen mirándose el ombligo y los ciudadanos que se salven como puedan.
En Entre Ríos, la verdadera pandemia es la clase política.

6 comentarios
Pero que podes esperar de estos inoperantes cagones q no se animan ni a decir la verdad de lo q esta pasando q los hospitales son un caos hoy y siempre
A Bordet hay que responsabilizarlo de lo que pueda pasar
La Ministra de sañud Velazquez ni aparece
En Parana en las farmacias no hay alcohol en gel, ni barbijos
Se la.pasan recomendando que no acudan a las guardias claro nadie quiere trabajar
GOBIERNO CABEZA DE TERMO PARA VOTANTES IDEM.