A Urribarri se le soltó la cadena: se olvido que las encuestas lo daban 2º a Garbino o a Cusinato y polarizó la elección con Solanas, ante un Busti que disfrutó del percance.

Anoche se llevó a cabo el debate entre los candidatos a Gobernador de Entre Ríos.

Algo que la prensa provincial no pudo lograr si lo hizo la nacional. En un debate que se realizó en le programa televisivo “A dos voces” que conducen en TN Gustavo Silvestre y Marcelo Bonelli, no quedó en claro que es lo que quisieron hacer los asesores de campaña de Sergio Urribarri, el candidato oficial.

Mientras en el estudio se encontraban presentes Julio Solanas, Emilio Martínez Garbino, Gustavo Cusinato y hasta Agustín Addy –hablando de las bondades de votar por él-, el PJ oficial apareció vía coaxil a más de 300 kilómetros de distancia.

Realmente por lo que sucedió anoche, Urribarri debería iniciarles un juicio por daños y prejuicios (algunos irreparables) a sus asesores de imagen.

Tenía razón Busti cuando sostenía que al candidato oficial le estaban equivocando el camino, que no sólo lo metían en sanjones sino también en contramano, refiriéndose abiertamente al equipo de campaña de Urribarri.

La estrategia que el PJ había cumplido hasta aquí al pie de la letra, la de aceptar que existiera cualquier tipo de polarización con Solanas, presentando siempre en segundo lugar a Garbino o Cusinato, se cayó. Un Garbino al que el Justicialismo se encargó de pulverizar al dejarlo como el peor administrador por la causa de fraude en la Municipalidad de Gualeguaychú. Un Cusinato al que quisieron resucitar como quien podía pelear los comicios cuando ya lo habían destrozado con el antecedente de los Federales y del no pagó de sueldos durante cinco meses durante el Gobierno más desastroso que tuvo la Provincia. Ambos candidatos habían sido presentados como quienes podían disputarle las elecciones al oficialismo, mientras a Julio Solanas lo querían negar haciendo como que no existía, cuando hasta hace unos meses era un ejemplo de Intendente.

Pero ayer a Urribarri se le soltó la cadena y olvidándose del plan de que sus adversarios eran Garbino o Cusinato, no pareció preocupado por lo que dijeran estos candidatos sino por lo que expresaba el Intendente de Paraná. Y así anoche la polémica, la pelea, la discusión, fue entre Sergio Urribarri y Julio Solanas. Un Solanas que llegó como punto y terminó siendo banca.

El candidato a Gobernador del Frente para la Victoria fue muy inteligente en la defensa de Cresto, en las consideraciones de su gestión como Intendente y en dejar bien en claro ante la audiencia y los periodistas que él era el verdadero adversario en esta elección.

En el medio de la discusión Urribarri dijo: “haber si nos ordenamos”, frase que generó la reacción de Marcelo Bonelli que le recordó que ese era un debate y que cualquiera podía hablar, como queriendo decir que quien no está en estudios pierde.

Y es que a ningún periodista le gusta que le dejen la silla vacía, que esto es un desaire debieran saberlo los armadores de campaña de Urribarri, quienes cometieron errores garrafales. Primero, al no asistir, como queriendo indicar que estaban por encima de los demás. Segundo, al tratar de demostrar ser jefes de sus adversarios pidiendo orden.

Aunque el mayor de los errores, fue el de –a 3 días de la elección- pulverizar el plan y polarizar con Julio Solanas.

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