El histórico representante del Radicalismo fue muy crítico con su propio Partido.
“No se puede decir que Busti sea un dictador, aunque tampoco ignoro cosas como que Castrillón es afecto a Busti, tal como otros magistrados los son hacia el Radicalismo. Pero acá hay que tener en cuenta, más allá de los afectos y desafectos entre jueces y no jueces, un detalle muy importante del cual tienen la culpa los Radicales”.
“Cuando terminó el Gobierno de Montiel, y a pesar de que habíamos tenido una Legislatura mayoritaria, se dejaron 52 cargos judiciales bacantes. Estos quedaron en pie y luego fueron nombrados por el siguiente gobierno”.