Cuando las internas que hoy dividen al Justicialismo hacían crecer el optimismo en las filas del Partido Centenario, aparece un nuevo problema para la UCR.
Los Radicales, confiados en la guerra que puede llegar a estallar dentro de poco tiempo en el seno del oficialismo, y considerando que las fuerzas de Alberto Rodríguez Saá y Elisa Carrió pudieran lograr un lugar respetable, esperaban de manera optimista ampliar el piso del 20% de votos que obtuvieron en Marso pasado a, por los menos, un 25%.
Pero he aquí que se encuentran con un nuevo problema, el que hay dirigentes muy importantes del Partido Centenario que no quieren al candidato a Presidente que hoy lleva la UCR, no aceptan que Roberto Lavagna haya estado tan ligado al PJ en el Ministerio de Economía, ni tampoco su cercanía Eduardo Duhalde y Domingo Cavallo.
Así, tanto el Presidente del Partido Raimundo Kisser, como el principal autor intelectual del sector que se impuso en la última interna, Fabián Rogel, no quieren a Roberto Lavagna.
Y sin embargo ambos hoy salen a levantar al candidato a Presidente. ¿Por qué? Porque ven que la situación se les está complicando y que no es tan fácil despegarse.
Hoy el Radicalismo provincial está evaluando si la gente prioriza lo nacional en las próximas elecciones. Y en caso de que así sea, si al priorizar las fórmulas presidenciales corta o no boleta.
Es que la UCR esta fuertemente divida entre Roberto Lavagna y Elisa Carrió, y si ocurre que aquellos que deciden votar a los radicales no cortan la boleta, al Partido Centenario se le estarían complicando seriamente las chances, a la par que crecerían las del socialismo.
Por esto que es hoy los radicales entrerrianos se ven obligados a aceptar a Roberto Lavagna como su candidato. Ya que la experiencia muestra que –salvo en Paraná- el porcentaje de corte es demasiado bajo y se volvería insignificante incluso para alcanzar un buen números en cargos Legislativos y de Convencionales Constituyentes.
Ricardo David.