Las expectativas están puestas en el día después y en las decisiones de Bordet.

Los ciclos inexorablemente se cumplen

El domingo la gente no irá a votar con el bolsillo y eso beneficiará a Cambiemos, pero no deben perder de vista que, producto del hartazgo, el voto es contra el PJ y no a favor del oficialismo nacional.

Más allá del resultado de las elecciones del domingo, en Entre Ríos las expectativas están puestas en el día después, luego de que, tras las PASO, el gobernador Gustavo Bordet anunciara que pedirá la renuncia de todos sus funcionarios si el PJ pierde.

Con ese mensaje, en una reunión en la que juntó a intendentes, legisladores y dirigentes, Bordet buscó causar un fuerte efecto político, luego del resultado adverso que tuvo el PJ en las primarias.

Si bien las 10 listas justicialistas sumaron el 43%, la que representa al oficialismo provincial apenas alcanzó el 27%. El desafío de Bordet es elevar ese piso y mantener bastiones fundamentales del peronismo que están seriamente amenazados, como Concordia.

La lista 2 se conformó entre los principales sectores de la dirigencia justicialista, con la participación del sector del senador Pedro Guastavino representado por Juan José Bahillo, la presencia de Mayda Cresto, de los Cresto de Concordia, Gustavo Zavallo, del sector de Jorge Pedro Busti y Carolina Gaillard, del urribarrismo, en caso de que el corrimiento de lista le permitiera entrar.

Más allá de eso, el ver siempre las mismas caras le quitó entusiasmo a la gente para acompañar a la nómina del oficialismo provincial, por lo que más del 16% del peronismo provincial prefirió apoyar a dirigentes que desde la cúpula eran considerados “cuatro de copas” sin estructura.

El análisis que el gobernador tuvo en cuenta antes de anunciar que pedirá las renuncias si el PJ pierde fue que, a pesar de contar con todo el aparato gubernamental, intendencias, legisladores y funcionarios, la Lista 2 de Bordet fue derrotada en casi toda la provincia.

Pero lo que más le dolió al gobernador fue que su nómina obtuvo solo el 26%, mientras que un 16% del justicialismo votó en contra, es decir, dos de cada tres militantes. Esto, sin dudas, no tiene que ver con el hartazgo a nivel nacional, sino con un descreimiento a nivel provincial.

Los representantes de esas listas, sin decir abiertamente que votarán en contra de la Lista 2, no han salido a apoyar a la nómina oficialista.

Además, el justicialismo tiene el agravante de que a nivel nacional está disperso porque no se vislumbra un conductor que convoque y aglutine, por lo que el movimiento se ve obligado a refugiarse en los referentes locales como gobernadores, intendentes y legisladores.

A pesar de eso, en la provincia, la mayoría de los referentes hacen la plancha y no trabajan ni militan la causa, algunos porque están aburguesados en los sillones y otros por miedo al rechazo y al escrache público.

Es más, este martes, en conmemoración del día de la Lealtad Peronista, una fecha fundamental para el justicialismo, en el acto que se realizó en Paraná en el que confluyeron los sectores más importantes estuvieron ausentes dos muy importantes, como el del ex intendente José Carlos Halle y el vicegobernador Adán Bahl, algo destacable cuando faltan tan pocos días para las elecciones.

En la provincia, la nómina de Cambiemos encabezada por Atilio Benedetti fue la que más votos obtuvo en casi todos los distritos, y hoy se ve beneficiada por el voto hartazgo, al igual que ocurrió en 2009.

Sin embargo, Cambiemos no puede confiarse y no debe perder de vista que el voto no es a favor del oficialismo nacional, sino que es en contra del justicialismo.

Hoy sin dudas la gente está defraudada por la gestión del presidente Mauricio Macri, pero en esta oportunidad no votará con el bolsillo y castigará al PJ, en una elección en la que, si aumenta la cantidad de votantes, se incrementará la diferencia a favor de Cambiemos.

Las causas en la Justicia por corrupción a nivel nacional del kirchnerismo, que tuvieron gran repercusión en la provincia y en todo el país, y los funcionarios y gestiones sospechadas hartaron a la gente, que quiere dar por terminado un ciclo del peronismo que inexorablemente se va a cumplir.

Pero, sin dudas, el ciclo también se cumplirá para Cambiemos, Macri y toda su gestión, dentro de dos o seis años, porque la gente este domingo no irá a votar con el bolsillo, pero seguramente más tarde o más temprano también los alcanzará.

Indudablemente, Gustavo Bordet deberá esmerarse en tener una gestión y funcionarios transparentes si aspira a tener una reelección o que el peronismo tenga chances y que el final del ciclo no llegue y se lo lleve puesto.

La gente tiene un alto descreimiento en la clase política y Bordet, inteligente y hasta aquí con una imagen positiva a nivel provincial, se dio cuenta de que es necesario tomar medidas y por eso anunció cambios y pedidos de renuncia si el PJ no gana en las generales, ya que comprendió que el resultado no se trató tanto de una oleada nacional como en un principio se argumentó, ya que en provincias cercanas como Santa Fe, Formosa o Chaco el justicialismo logró imponerse.

Por ese motivo, y ante el panorama adverso que enfrentará el justicialismo este domingo, las miradas y las expectativas están puestas en el día después y en las decisiones que tomará el gobernador y conductor del PJ en la provincia.

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