7 meses del grave hecho mafioso a 30 metros de la casa de Bordet, siguen sin aparecer los responsables

La imagen que circuló en todos los ámbitos, aunque aún el peligroso delincuente no ha podido ser identificado, la fuerte hipótesis de la relación directa con la policía y la protección por parte del las autoridades

Siete meses ya transcurrieron del gravísimo hecho con tinte mafioso ocurrido en las inmediaciones de la residencia del gobernador Gustavo Bordet.

A tan solo 30 metros de su vivienda, denotando una gran peligrosidad y temeridad ya que la zona está fuertemente custodiada, una banda de delincuentes ingresaba a la vivienda del director de este medio buscando un maletín metálico el cual contenía importante y comprometedora información.

El hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio, como también en las de los vecinos. Las imágenes son nítidas, el rostro y demás reseñas físicas de uno de los delincuentes quedó registrada, circuló por todos los ámbitos que debía circular, sin embargo la policía sigue sin tener una sola pista.

Dicha circunstancias sumadas a otras llamativas que surgen de la investigación, disparan las fuertes sospechas de vinculaciones entre los miembros de la banda y miembros de la PER.

Es más, de los datos de los que se pudo hacer el medio surge que el delincuente registrado en los registros fílmicos seria miembro de las fuerzas de seguridad.

Los motivos por la cual dicha hipótesis no fue sido investigada resulta una obviedad.

La peligrosa banda utilizó, para perpetrar el hecho, una logística y una estructura delictiva que impresiona, que conocía cada uno de los movimientos familiares, como también de los vecinos, la ubicación exacta de las cámaras de seguridad de la zona y que, así lo indican los fuertes indicios, la propia policía le facilitó la comisión ilícita, quedando claro que existió una liberación de la zona.

Circunstancias que dejaron en el centro de las miradas a la Policía, la ministra de gobierno Rosario Romero y hasta el gobernador, incluso al propio secretario general de la gobernación, Edgardo Kueider ya que la documentación que contenía el maletín desnudaba irregulares negociados relacionados al reparto de la publicidad oficial.

No es casual el dato de que la banda actuó a la vista de la guardia policial montada en seguridad del gobernador Gustavo Bordet y su familia que reside a escasos 30 metros del lugar de los hechos.

Sin embargo, la policía allí dispuesta, llamativamente no impidió que se consuma el hecho, a pesar de los notorios movimientos fuera de lo común en el edificio vecino.

La gravedad no solo provino de la ejecución del ilícito, una especie de golpe comando, sino también por el botín que los mismos buscaban.

No querían dinero, es más dejaron una cifra importante de dinero y objetos de valor a la vista de todos, sin dudas para demostrar que no era lo que buscaban.

La caza de los delincuentes consistía en el hallazgo y posterior sustracción de un maletín ¿sabían que el periodista guardaba ahí información sensible y comprometedora judicialmente de un importante funcionario provincial?, la respuesta necesariamente es afirmativa.

Por más de 5 horas le inquirieron a un familiar cercano del periodista, a través de aprietes y hostigamientos, la ubicación exacta del maletín, sabían dónde estaba, aunque no sabían que había sido removido del lugar, por eso tanto tiempo dispuesto en el hallazgo.

Tanto fue el conocimiento exteriorizado por parte de los delincuentes de las habitaciones y bienes del propietario que incluso sabía, el que comisionó telefónicamente, vale decir, sin estar en el lugar, la ubicación precisa de las llaves, e incluso la marca y modelo del vehículo estacionado en el subsuelo del edificio.

Pormenores que por cierto constan en el expediente iniciado y que tramita bajo la conducción de la fiscal, Dra. Jimena Ballesteros.

La hipótesis, aunque ya con característica de certeza, es que una persona, miembro de la banda, facilitó el grave ilícito, aportando el conocimiento de los movimientos familiares, la ausencia del periodista, los bienes del mismo, y cada uno de los lugares donde podría estar el maletín.

Dicha persona, por la información que manejamos, la cual fue aportada tanto a la Policía como a la Fiscalía, tiene estrecha vinculación con miembros de las fuerzas policiales.

Llamativamente, a pesar de los datos y a pesar de constar las relaciones en un pizarrón con fotos de las personas posiblemente involucradas, continua sin avances esa línea investigativa, mucho menos, un solo allanamiento.

No sorprende en nada la inacción, a través de la dilación, si desde un primer momento de la investigación hubo muestras manifiestas por parte de altos jefes de la Policía de entorpecer la causa, de obstaculizarla para evitar que la misma se esclarezca.

El ejemplo más claro consiste en las lamentables declaraciones en todos los medios de la capital del Comisario Jurajuria, jefe de investigaciones de la PER, en su intento de minimizar el hecho con el mote de “cuento del tío”.

Al irresponsable comentario del Comisario hay que adicionarles, episodios del Legajo inauditos. Caso de la demora de la Policía en solicitar las cámaras de seguridad a los vecinos, las cuales es conocido por todos que luego de un tiempo se pisan (se superponen registros fílmicos de días posteriores), debiendo las mismas ser portadas en su totalidad por la víctima.

O, también, el llamativo caso de la respuesta casi inmediata del oficio a Gendarmería, fuerza que suele contestar en no menos de una semana –con suerte-. La fiscal remitió el oficio y al otro día la respuesta fue “no lo conocemos”, en referencia al delincuente registrado en las cámaras.

¿Y qué decir del plazo de casi dos meses para peritar un teléfono?.

Un hecho que no comenzó y no culminó con el golpe tipo comando a 30 metros de la residencia de Bordet y su familia, sino que fue la coronación de varios aprietes o presiones que ha recibido el medio de comunicación desde diciembre del 2018.

Hechos de amedrentamiento sumados a la catarata de cartas documentos que recibe semana tras semana el medio de comunicación, con el único fin de hacerlo callar.

Hostigamiento contra la libertad de expresión, todos ellos, motivados en impedir que el medio siga dando a conocer los distintos hechos de corrupción estructural de distintas reparticiones, organismos, entes y empresas del Estado provincial que, dicho sea de paso, la actual gestión de Bordet se jacta de erradicar.

 

 

3 comentarios

TOMAS 28 agosto, 2019 at 12:12 pm

LAMENTABLE, TRISTE, VERGONZOZO Y REPUDIABLE!!!!!!!!!!! MI SOLIDADRIDAD DAVID PARA CON USTED Y CON SUS MEDIOS DE COMUNICACION Y PERIODISTAS

Responder
Joaquin Mendosa 28 agosto, 2019 at 12:37 pm

esto es muy grave!! sin justicia nada funciona, y si oartan la libertad de prensa es q atras hay cosas sucias q esconder, de otra maneras no tiene sentido

Responder
agustin 28 agosto, 2019 at 12:47 pm

ahhhh pero seguro fueron, tomaron fotos, sacaron huellas hicieron todo el circo pero no descubre nada de nada como siempre

Responder

Dejar Comentario