El hambre en Entre Ríos: entre el negacionismo crónico de Bordet y las colas interminables para recibir la Tarjeta Alimentar

La pobreza es una realidad que el gobernador soslaya permanentemente al evitar hablar de sus dificultades para pagar los sueldos, los créditos en dólares y los intereses del agente financiero.

Luego del lanzamiento a nivel nacional de la Tarjeta Alimentar en la ciudad de Concordia, esta semana continuó su distribución en diferentes puntos de la provincia.

El gobierno nacional, dicho en palabras del ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, eligió a la ciudad de la que es oriundo el gobernador para lanzar la medida porque es calificada como la más pobre del país, según numerosos estudios.

A pesar de eso, el gobernador Gustavo Bordet celebró en las redes sociales “La elección de la provincia como una de las primeras para implementar la #TarjetaAlimentar”, a lo que calificó como una muestra del presidente de la nación, Alberto Fernández, de su compromiso con los entrerrianos.

Aunque el gobernador pretende adjudicarse que los entrerrianos accedieran antes que otros argentinos a la tarjeta por su buena relación con el gobierno nacional, lo concreto es que la elección de Entre Ríos de parte de la nación depende de los alarmantes índices de pobreza.

Muestra de ello son las colas interminables que se registraron desde ayer en Paraná, Concordia, y otras ciudades de la provincia, de personas que esperaban para retirar su tarjeta.

Concretamente, los beneficiarios de este plan disponen de 4 mil pesos para comprar alimentos en los comercios adheridos.

Desde este lunes, miles de entrerrianos pasaron horas haciendo colas para poder acceder a una ayuda para comprar productos alimenticios para sus familias, lo que dejó en claro la enorme necesidad que hay en la provincia y que justifica la decisión de la nación de comenzar por Entre Ríos a distribuir la tarjeta.

Soslayando la dura realidad que atraviesan los entrerrianos, el gobernador se jacta de un trabajo en conjunto con la nación que, en la práctica, no existe.

Este sábado, Bordet brindó su discurso ante la Asamblea Legislativa, en lo que se trata de uno de los actos institucionales más importantes para una provincia, ya que allí se exponen los actos de gobierno ante la legislatura y el pueblo.

A pesar de la importancia del acto, el único funcionario nacional presente era el titular del ENOHSA, el ex intendente de Concordia, Enrique Cresto, que fue ubicado en primera fila en carácter de representante de la nación, a donde llegó no por gestiones de Bordet, sino por su buena relación con intendentes del conurbano bonaerense y con dirigentes nacionales como Santiago Cafiero.

Ni siquiera asistió el ministro del Interior, Wado de Pedro, encargado de las relaciones con las provincias o a algún funcionario de segunda, tercera o cuarta línea.

Ese vacío de la nación demuestra el desinterés por la gestión y la figura de Bordet, algo que se había visto el mismo día de las elecciones, cuando al gobernador no le permitieron subir al escenario para celebrar junto a Fernández la victoria electoral, mientras en Entre Ríos, los números sentenciaban la derrota.

Ante la legislatura, Bordet afirmó que “está en crisis la estabilidad de la provincia”, pero evitó hablar del destino de los 800 millones de dólares que solicitó en crédito, cuyos intereses hoy está intentando pagar.

Tampoco se refirió el gobernador a los millones de pesos que le pagó al agente financiero de la provincia por un préstamo para poder pagar los sueldos de diciembre y enero, ni mencionó los créditos de entidades bancarias privadas a las que accedió a través del Bersa.

Bordet no habló tampoco el IOSPER, o los organismos descentralizados, y mucho menos hizo alusión al paradero de los alimentos que debían destinarse a la ayuda social y fueron encontrados en allanamientos almacenados en un galpón precario o a la venta en supermercados chinos.

A pesar del blindaje mediático que hizo el gobierno provincial al respecto, la Justicia lleva adelante una causa que busca dar con los responsables de la comercialización ilegal de estos alimentos que, en vez de saciar el hambre de niños y familias entrerrianas, son usados para llenar los bolsillos de unos pocos desvergonzados que lucran con la pobreza ajena.

Sin dudas, si en lugar de ser comercializados ilegalmente, estos alimentos, por los que el gobierno desembolsó millones de pesos, efectivamente estuvieran a disposición de los entrerrianos mediante bolsones o en comedores comunitarios, la implementación de la tarjeta alimentar no sería tan urgente.

En cambio, el gobierno de la nación decidió comenzar a distribuir este plástico en Entre Ríos ante la pobreza y el hambre reinante.

Hoy, la ciudad de la que el gobernador de la provincia fue durante ocho años intendente es la más pobre del país, hay niños y familias enteras que viven en la indigencia.

La tarjeta alimentar viene a paliar la gran necesidad que padecen los entrerrianos. Se trata de un plan nacional que, a pesar de los intentos de Bordet por adjudicarse las gestiones que hicieron que su distribución comenzara por la provincia, ponen en evidencia los problemas del gobernador para equilibrar las cuentas.

Mientras el gasto del Estado entrerriano crece exponencialmente con un festival de creación de cargos, con funcionarios millonarios, la contracara es la dificultad para pagar los sueldos de la provincia y el hambre que padecen millones de entrerrianos.

Bordet ya no solo pide créditos para pagar los sueldos, sino que, además, celebra como una gestión propia la elección de Entre Ríos para comenzar a distribuir una tarjeta para paliar la pobreza.

Aunque el gobernador, o su equipo de comunicación, se esmeren en resaltar la relación con el presidente, quedó en claro este sábado que ese vínculo no existe ni con Fernández ni con los funcionarios de relevancia.

La decisión de la nación de comenzar a distribuir la Tarjeta Alimentar en Entre Ríos y las interminables colas de personas que necesitan acceder a este beneficio, dejan en claro, una vez más, la pésima gestión del gobierno provincial en materia económica y social.

El hambre en Entre Ríos es una realidad, mientras Bordet sigue sumido en su negacionismo crónico.

 

6 comentarios

Manjon maria 18 febrero, 2020 at 2:33 pm

El unico medio que habla del priblema es este. Lo celebro

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Johana 18 febrero, 2020 at 5:07 pm

Lástima que alos que cobran pensión x celiaquia y cobramos asignación dentro d eya x los chicos no nos dan y tengo 2 menores de 6 años

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Rubito 18 febrero, 2020 at 6:36 pm

Sigan Votando CONCORDIA SIGANNNN

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Candela Placeres 18 febrero, 2020 at 11:18 pm

Las cuentas son claras totalmente, lo que pasa es que no le cierran en medio del festival de su omnipresente ministra

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Candela Placeres 18 febrero, 2020 at 11:19 pm

Cuentas claras: ingresos = 1000
Egreso = 10000, el resultado es claro. Pérdidas totales

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Norberto 19 febrero, 2020 at 2:58 pm

Pero este tipo es o se hace? Esta orgulloso q Entre Rios sea la primera provinciaaaa si tuviera dos dedos de frente estaria llorando por esta situacion

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