La pandemia puso en evidencia como las autoridades provinciales alteran o manipulan las prioridades con gastos exorbitantes y hoy inútiles frente a las necesidades urgentes al sistema de salud, se exigen cambios y medidas urgentes. Bordet, aún estamos a tiempo.
Los sentimientos o emociones hoy son para la totalidad de la población las mismas: todos estamos preocupados y atemorizados por la pandemia, las reales y concretas posibilidades de infectarse por el altísimo nivel de propagación del virus y las consecuencias gravísimas para las personas comprendidas en el grupo de riesgo.
La información unánime que se sabe del virus es que la mortalidad es mayor en los casos de personas comprendidas en este sector infectadas, las cuales requerirán, para su tratamiento extremos cuidados en los hospitales o instalaciones médicas habilitadas para tratarlos.
Justamente por eso las autoridades sanitarias solicitan a la población en general y en particular a estos que se queden en sus casas, para evitar la infección, la mejor manera de combatir el coronavirus es evitando su propagación.
Las consecuencias del contagio masivo que llegan desde Europa y China son aterradoras, el principal problema que enfrentan los médicos, enfermeros y personal de salud es el colapso del sistema.
Algo impensado si se tiene en cuenta que varios de los países afectados constituyen potencias mundiales con fuertes inversiones en la materia, tanto en infraestructura, personal como también en los estudios de las ciencias.
De ahí el terror general del país y, más puntualmente, en nuestra Provincia.
En este punto emerge obligado aclarar a los funcionarios provinciales aunque más importante al lector que no se trata de un ensañamiento contra la gestión de Gustavo Bordet como muchos de sus funcionarios intentan atribuir para evitar hablar de las denuncias o correr el eje de discusión, la misma critica vale –estimamos- sin lugar a dudas para el resto de las Provincias y su sistema salud.
Sin embargo, nuestro ámbito, nuestra jurisdicción es Entre Ríos, y cualquier situación o contingencia que debamos enfrentar nosotros mismos o nuestras familias producto de la pandemia será el gobierno de Gustavo Bordet y no otro, el que deberá brindarnos la atención o prestarnos auxilio.
Desde hace más de dos años desde este Portal venimos exponiendo hechos de corrupción, el interés público en la materia y el perfil de este medio, enteramente de opinión y exclusivo a lo institucional y político, ha convertida en obligada a la crítica.
Debajo de cada hecho de corrupción, más allá de la existencia o no de un delito, algo de por si grave, existen millones y millones de fondos públicos que debieron destinarse a cuestiones trascendentales para la vida, la salud, el medioambiente, la libertad, las condiciones laborales, productivas, en fin, para todos esas áreas que conforman los derechos humanos de los entrerrianos.
Lo mismo ocurre con las críticas o cuestionamientos dirigidos hacia el despilfarro de los fondos públicos, siendo los casos más emblemáticos los exorbitantes sueldos de los funcionarios públicos, sus privilegios suntuosos, la constante creación de cargos y designaciones que ya lleva incluso hasta la creación de un ministerio entero con más de 100 funcionarios nuevos y millones y millones de pesos en publicidad.
Hoy las consecuencias de estos hechos que se vienen denunciando o exponiendo están a la vista, y quedó muy visibilizado con un flyer o banner o meme que circula de manera viral en las redes sociales de la capital entrerriana, con la gravedad de que, a pesar de las diarias y constantes conferencias de prensa del ministerio de salud o el gobierno, ninguna autoridad aún ha desmentido su contenido.
En la capital entrerriana, con casi 300 mil habitantes, solo existen 30 respiradores.
El numero verdaderamente atemoriza de por sí, y no es la intención de este medio provocar pánico colectivo, primeramente porque no deja de ser un meme, lo que si asusta es que las autoridades no digan nada.
Por otro lado, entendemos que el estado de situación alarmante puede revertirse, la decisión depende pura y exclusivamente de Gustavo Bordet y de los 51 legisladores provinciales.
Y si esa es la cifra para una capital de provincia, no queremos imaginarnos lo que será en el resto de las localidades.
En noviembre del 2019, hace solo 4 meses, la legislatura provincial aprobaba el presupuesto para el ejercicio 2020, en el mismo incluía una sideral cifra de dinero destinada a nuevos cargos y, consecuentemente, nuevos funcionarios para las distintas áreas que conforma la administración central.
Asimismo se previa otra sideral suma destinada a un aumento de sueldos exclusiva para los funcionarios públicos de la administración central del 50%, lo mismo para el resto de los millonarios gastos que son asignados a estos.
Idéntica realidad se prescribía para la Legislatura provincial, para ambas cámaras, y sin tener en cuenta los sueldos de los empleados, se destinaron 2000 millones de pesos, el 80% de este monto para sueldos y contratos de cada uno de los legisladores.
El ítem presupuestario que asimismo reflejaba cual es el sistema de prioridades de la gestión de Bordet lo constituye la publicidad oficial, para el 2020 se previeron 320 millones de pesos.
Aclaramos, son todas cifras oficiales provistas por la página web oficial del Gobierno de Entre Ríos.
Si en aquel momento y en los meses posteriores estos montos repugnaron a la sociedad, por la grave crisis económica y financiera de la provincia porque ninguno se justificaba, mucho menos ahora con una emergencia sanitaria producto de la alarmante pandemia.
Más aún porque, salvo que sean funcionarios afectados a la emergencia sanitaria, todos los cuales se corresponden al ministerio de salud, Policía de Entre Ríos o el servicio penitenciario, ninguno del resto de la superpoblada nómina de autoridades provinciales, coordinadores, secretarios, subsecretarios, directores, subdirectores, etc., desde este lunes esta concurriendo a su lugar de trabajo.
En otras palabras, millones y millones de pesos diarios por personas que no concurren a trabajar y que no están haciendo absolutamente nada para combatir la pandemia.
Como paradigma vale mencionar el ministerio de producción, una cartera que hasta diciembre no existía y que fue creada por Bordet exclusivamente para pagar un compromiso político asumido con el ex diputado nacional Juan José Bahillo.
Compromiso que no quedó allí, de la estructura orgánica del mismo, publicada semanas atrás por este Portal, se desprendían más de 100 cargos nuevos dependiente de la cartera.
Otro ejemplo es el observatorio de género y violencia en el ámbito de la vicegobernación donde fue designada Sigrid Kunath, con personal a cargo.
Y qué decir de la veintena de nuevos puestos en el ministerio de gobierno, justicia y seguridad de Rosario Romero.
Podría pensarse que la misma crítica se corresponde con los empleados públicos, sin embargo, los mismos están amparados por garantías constitucionales producto de su estabilidad y tienen acceso a licencias.
Con los funcionarios no ocurre lo mismo, su nombramiento y permanencia en el cargo depende pura y exclusivamente de una decisión y no tienen estabilidad.
Lo mismo ocurre con los 51 legisladores provinciales y no solo por la pandemia, desde que juraron en diciembre si se reunieron una o dos veces es mucho.
Todos estos perciben más de 200 mil pesos mensuales y, dependiendo de la afinidad con el conductor del oficialismo provincial, se llevan también mensualmente entre 800 a 400 mil pesos en contrataciones.
Casi 2000 millones de pesos de presupuesto para todo el 2020 para que los legisladores trabajen.
Gastos superfluos, inútiles, que no reportan en nada beneficios para los entrerrianos, para este 2020, otro ejemplo, el Gobierno de Bordet previó 320 millones de pesos solamente en publicidad oficial.
Y que más paradigmático que el desembolso de 17 millones de pesos en publicidad realizado en un solo día por el ex titular del ministerio de cultura y comunicación Edgardo Kueider.
La conclusión no puede ser otra: Las prioridades de la actual gestión provinciales han sido los compromisos con amigos, parientes, afines, convirtieron la administración, a pesar de la crisis económica y financiera, en una verdadera agencia de colocación y de mejoramiento del nivel de vida de funcionarios o empresarios, y hoy las consecuencias que aún son difíciles de cuantificar o medir las padecerán todos los entrerrianos.
Consultamos a especialistas médicos y personal de salud, todos fueron coincidentes en los costos de los insumos, herramientas y maquinarias para enfrentar la etapa de la pendiente que le sigue a la actual.
Nos indicaron que aproximadamente y como mínimo 200 mil pesos cuesta un respirador artificial.
Haciendo cálculos, el despilfarro de los recursos públicos se torna patente: con los 2000 millones previstos para la legislatura que aún no ha trabajado nada en este 2019, se podrían comprar 10 mil respiradores.
Con los 17 millones que Kueider gastó el 10 de diciembre del 2019 en campañas publicitaria se podría haber comprado 1600 de estos aparatos hoy de extrema necesidad para todos los entrerrianos.
El gobierno de Bordet está a tiempo, solamente es necesaria una decisión, la suya, y la consecuente convocatoria a los legisladores para reformar la ley del presupuesto, el pedido de toda la sociedad – la única dueña de los fondos- es uno, todo aquello que no represente un gasto en salud, que se deje de lado, que se suspenda, y que se los destine a combatir la pandemia.
Esa es la solidaridad, la empatía que hoy se exige, dar marcha atrás a todas las designaciones y creaciones de cargos, que el Estado funcione con lo mínimo, por supuesto sin despedir a ningún empleado, y que los fondos se destinen a las áreas críticas, exclusivamente a salud y alimentación de la población.
En idéntico sentido para la publicidad oficial, en este punto los medios que reciben pauta oficial, por cuestiones de salud, estimamos no tendrán inconveniente de plasmar los comunicados o cubrir las conferencias gratuitamente, no es el único ingreso –o no debería serlo- que perciben para funcionar como tales.
La misma demanda va para los legisladores sin distinción de partidos, constituyendo un gesto, no de moralidad o ética, sino de humanidad que reduzcan de manera urgente y considerable sus haberes y den marcha atrás a las contrataciones.
Otras de las demandas provienen de sector privado, cuentapropistas, monotributistas, comerciantes, profesionales, etc., hoy los más afectados económicamente por las esquirlas del coronavirus y el distanciamiento social voluntario.
Un sector que o sale a trabajar corriendo riesgo de infectarse, porque las modalidades “homeoffice” o trabajo desde sus casa no aplican, o no come. Así de simple y sencillo.
Este sector exige medidas económicas urgentes que el gobierno provincial no está tomando, caso de suspensión de los vencimientos impositivos, reducciones, quitas, condonaciones, cualquier decisión de Bordet que les aminore en algo el agravamiento de su sustento diario, como también ayudas económicas, créditos, prestamos, subsidios, o afines que le permitan no concurrir a sus trabajos con el consecuente riesgo de contagiarse y contagiar a un ser querido.
La situación que enfrentamos es gravísima, la más dura que nos ha tocado en la historia, pero entendemos que estamos a tiempo de revertirlo porque no hemos ingresado a una etapa crítica, la decisión depende pura y exclusivamente de quien maneja las riendas de la Provincia.




3 comentarios
U$S 8.500.- un respirador en Mercado Libre
En el 2002 Paraná tenía 285.000 habitantes censados,aunque en villas no se entraba
Concordia nos baja el precio siempre,estamos candados de estos pocos pícaros.