En Entre Ríos se priorizan los negocios por sobre la salud de la gente

Contrariando al presidente de la Nación, autoridades provinciales, autorizan ingreso de extranjeros al puerto de Concepción del Uruguay.

Se suman nuevos casos a los contagios del Covid-19, un total de 1200, según datos oficiales. En la provincia de Entre Ríos hay 16 casos confirmados, aunque los entendidos suponen que en total se superan los 4000, lo que sigue siendo poco comparado a otros países del mundo. Esto fue posible gracias a las medidas preventivas tomadas por el gobierno. La cuarenta hizo que los números sean sensiblemente menores a los de EEUU, España, Italia, etc.

Se vienen tiempos más complicados, se habla de que se van a multiplicar las personas infectadas, dado que el frío agrava los contagios.

Mientras que en Jujuy el gobernador Morales cierra la frontera, y el que quiera ingresar tendía que pagarse el test para ver si tiene el virus, que sale un estimado de 10 a 18 USD. Acá en Entre Ríos permiten el ingreso de un barco Chino, al puerto de Concepción del Uruguay, a cargar rollizos de madera. Cabe aclarar que no es un barco que traslada medicamentos o alimentos, esenciales en estos tiempos, sino que vienen a buscar madera.

El presidente no se cansa de decir en su discurso que va a priorizar la salud por sobre la economía, y así hacen casi todos los sectores, los ciudadanos, en este país. La mayoría se está fundiendo porque tuvo que cerrar las puertas de su negocio, o dejó de trabajar, no ganando un peso, con el propósito de acatar el mandato del presidente, quedarse en su casa, y no realizar actividad alguna. Haciendo frente a alquileres, sueldos, servicios, gastos ordinarios, que siguen aunque no se pueda facturar, y encima vivir.

Este DNU no solo hace hincapié en prohibir eventos masivos de gentes, reuniones, aglomeramientos, hoy no funcionan los cines, los teatros, bares, restaurantes, fiestas, casamientos, incluso las estaciones de servicios bajaron un 90% sus ventas. El 90% de los habitantes argentinos está cumpliendo con la cuarentena y con lo establecido en el decreto emitido por el Presidente.

Mientras uno acata el pedido del presidente, ingresa en la provincia un barco, autorizado por Carlos Schepens, presidente del IPPER (Instituto Portuario de la Provincia de Entre Ríos). Schepens depende del Ministro de Producción, Juan José Bahillo, quien a su vez es un subordinado del gobernador, Gustavo Bordet.

El barco va a cargar, en primer lugar, en las costas del puerto de Uruguay unas 20.000 toneladas, y luego, en Islas del Ibicuy otras 20.000 toneladas. El movimiento que genera en el puerto de la ciudad de Uruguay va a ser muy grande, ya que para cargar esa cantidad es necesario el movimiento de camiones, que llevan la madera desde concordia u otras zonas. Cada camión puede cargar un total de 30 toneladas, por lo tanto deben hacerse unos 700 viajes. Aunque se vayan rotando los camiones, se estipula que cada uno puede hacer 3 viajes, en efecto, se necesitarían unos 200 camiones con sus respectivos choferes y acompañantes. Una vez llegados al puerto, se necesitan unos 120 estibadores para la carga que, más la tripulación del barco y el personal del puerto, generaría un movimiento y aglutinamiento importante de personas y que con un solo infectado pone en riesgo a todos del contagio del Covid-19, el cual esta confirmado  se contagia muy rápido.

La suma de todos estos factores generaron un combo explosivo, contrario a lo que aconsejan los médicos, los infectólogos, los científicos y el mismo presidente con su DNU.

La pregunta es para qué hacemos el esfuerzo cada uno de nosotros de no trabajar, no festejar los cumpleaños, no poder salir a caminar, a tomar un café, nos prohíben todo. Pero, por el otro lado, permiten y habilitan este tipo de cosas. Un mensaje claramente contradictorio, donde se priorizan los negocios y la económica, sobre la salud de la gente, más allá de que salgan con el discurso de que van a hacer un estricto control.

Más allá de esto, y dadas las circunstancias actuales de emergencia sanitaria, se levantan sospechas sobre el negocio. Nada justifica que se desarrollen este tipo de operaciones, que no tiene nada que ver con la salud ni los alimentos y que claramente desobedece a las normas impuestas por el presidente.

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