Rebelión en la granja

Ese es el título de una famosa novela del escritor inglés George Orwell. Relata una sublevación de animales domésticos –patos, cerdos, gallinas, vacas, etc- contra sus dueños humanos. Lo que genera diversas vicisitudes. Acá nos referimos a algo más cercano: el descontento y desagrado evidente de los estamentos inferiores de la Justicia de Entre Ríos contra la Alta Conducción, ejercida por la máxima autoridad, esto es los sres. Vocales y vocalas del Superior Tribunal de Justicia.

O al menos algunos de ellos (si es que se salva alguien)

Recapitulemos algunos hechos que marcan esta “grieta” judicial.

Que cada vez, en vez de arreglarse parece profundizarse más:

1) Meses atrás el Superior, en arbitraria y autoritaria decisión, sancionó dos camaristas laborales de Paraná. Lo insólito es que lo hicieron cuestionando una decisión de la Cámara en un juicio. Es decir, contradiciendo elementales principios jurídicos, castigaron una opinión.

2) Otra: decretaron , sin mayor examen ni derecho de defensa, la cesantía del Secretario del Juzgado de Familia N° 4de Paraná.

3) Otra más: una inspección reveló un verdadero zafarrancho en la distinguida Sala Penal (expedientes extraviados, atrasos injustificados en el despacho, falta de control en el trámite, incumplimiento de plazos, etc). Como el hilo se corta por lo más delgado, violentando de forma burda las normas procesales, no le dieron intervención de ley al Ministerio Público. Y echaron a la calle sin más trámite a la Secretaria de la Sala, con varios años de desempeño intachable en el cargo.

4) Mandaron al jury, donde descabezaron a un juez de Paz, por supuesto tema de género. Y, en igual o peor situación, a otro juez le aplicaron una simple suspensión (el que tiene padrino no muere infiel, dice el gaucho).

5) Dispusieron una sorpresiva inspección en un juzgado laboral de Gualeguaychú por supuesta demora en el despacho. Grotescamente, (así lo señalaban los afectados) la llevó a cabo un Vocal que registra descomunales atrasos en sus expedientes a sentencia.

6) Una inconsulta decisión del Superior Tribunal-por iniciativa de la inefable Sala Penal (¿para qué sirve?), le quitó personal a las Cámaras de Casación Penal, transfiriéndolo a la Oficina de Gestion de Audiencias (O.G.A.). Lo grave acá, es que se pasaron de corbata una ley: la 10.049 que dispuso la creación de las Cámaras . Violaron la ley (una mancha más ¿qué le hace al tigre?)

7) Meses atrás nuestro “Alto Cuerpo” judicial “interpretó” a su modo la Ley de Aranceles provincial, (de orden público), violando el principio republicano de división de poderes actuaron como “legisladores”. Y bajaron de 50 a 35 juristas los honorarios de abogados en amparos.

Se puede mencionar una docena más de actitudes y disposiciones arbitrarias y dictatoriales de los “Supremos”. Que cada vez ahondan más la grieta con los estratos de más abajo del propio Poder Judicial.

“Al fin y al cabo- se le oyó decir a un enojado juez de primera instancia- nosotros, mal o bien para llegar a donde estamos tenemos que ir a un concurso, a un examen de antecedentes y capacidad. A ellos –los del Superior Tribunal- los nombran en base a trenzas o acomodos políticos, por ser amigo, compañero, socio o defensor de algún gobernador de turno. O novia de algún alto diputado”.

“No sólo eso-agregó otro – sino que siguen dependiendo del poder político en base a favores o prebendas. Casi todos ellos tienen parientes acomodados en los tres poderes del Estado. Algunos “supremos”, en la familia, solamente el perrito no cobra sueldo del Estado. Disfrutan de suculentos viáticos, para viajar a todas partes, que nunca justifican, y se los niegan a los inferiores ¿Cómo puede esperarse que muestren un mínimo de independencia”.

Y lo peor es que la disconformidad de “abajo” se va transformando en rebeldía militante:

–un fallo reciente de la Cámara Contencioso administrativo, deja sin efecto la cesantía del secretario del juzgado N° 4 de familia.

-Se espera un pronunciamiento similar en el caso de la echada secretaria de Sala Penal.

-Una jueza declaró inconstitucional el Acuerdo del Superior Tribunal sobre honorarios en amparos.

-En Paraná, la Cámara de Casación Penal interpuso una revocatoria contra la ilegal medida de quitarle personal.

-Una jueza, hace poco hizo lugar al amparo de la Fiscal Goyeneche, poniendo de resalto el verdadero mamarracho del jurado –que integran tres vocales del STJ- al aceptar como Fiscal a un impresentable abogado de Gualeguaychú militante peronista “para lo que guste mandar”. Tan descaminada no debe estar, porque, aunque los del Superior negaron el recurso extraordinario, la Corte mandó pedir el expediente.

-Como frutilla del postre, no hay más que leer nuestro artículo “Fiscal denuncia…” donde un agente fiscal de Concordia se atreve a denunciar una especiie de “asociación ilícita” de vocales del propio Superior Tribunal, para asegurar la impunidad de funcionarios.

Y los señalados, miran para otro lado…

Hace poco dijo el miembro de la Corte Suprema, Dr. Lorenzetti, que los jueces no deben buscar la popularidad, sino el “prestigio”.

Lo tuvo, antaño, la Justicia entrerriana.

Cuando no se tiene ni popularidad, ni prestigio, como ocurre con nuestra cúpula judicial, y ni siquiera se puede aspirar al respeto de sus inferiores ¿qué se puede esperar?