Diálogos de compadres

Lo que dice el poeta es distinto de lo que pasa en Entre Ríos: acá le chupan las medias mientras tiene el mando y se pelean para pisarle la cabeza cuando lo pierde.

-Buenas tardes compadre. ¡que alegría verlo aquí, tranquilo y sosegado, como los antiguos romanos, tomando mate debajo de la parra!

-No sea bruto compadre, la yerba mate es de Sudamérica, en la Roma antigua no la conocían, ¿se imagina a Julio César gustando un amargo?

-Disculpe usted es más “léido” que yo . A propósito que es ese libro que estaba leyendo cuando llegué?

– Un libro de poesía, compadre.

-¡Caracho, ¿de policía dijo?

– No se me asuste que no es una novela policial. Es poesía, como dijo alguien “expresar en palabras una emoción, algo que uno siente” En verso o en prosa, pero queda más lindo en verso.

– Disculpe, soy un poco lerdo de entendederas. A ver , muéstreme algo de eso.

– Bueno, acá tengo a don Pedro B. Palacios. Le decían “Almafuerte”, que no es la Avenida donde se entra a Paraná, mire esto que escribió, entre otras cosas: “Yo tuve la tendencia, la costumbre/de escupir en la cara a las montañas/pero sin pena les ofrecí mis entrañas/cada vez que dejaron de ser cumbre”. Es decir, traducido: darle palos al que está arriba, pero abrazarlo cuando está abajo.

– Compadre, entonces lo que dice el poeta es distinto de lo que pasa en Entre Ríos: acá le chupan las medias mientras tiene el mando y se pelean para pisarle la cabeza cuando lo pierde.

– Usted lo ha dicho compadre, veo que no es tan lerdo como parece. Y si no fíjese lo que pasa en lo que se llama nuestra “Justicia”: ahora que está caído, le dan con todo al Pato, pero miran para el costado con el Gustavo, la Laurita, las frazadas, las jubilaciones de muertos, Oñativia, y varios etcéteras…¿y usted cree que en los “contratos truchos”, el único es el Pato? Da la impresión que le quieren cargar todo el fardo . ¿y antes y después no pasa nada?

– Claro, y el Pato se queja, y con razón “Gustavo ¿no somos compañeros?”.

– Parece que le dicen “Quedate tranquilo Pato: en los escalones más altos de la Justicia tenemos “tropa amiga”. “Además, a esa Fiscal desacatada y su jefe el Coque les vamos a pegar un susto, para que no sigan molestando”

– ¿A eso responde entonces el show del “jury” a la Fiscala?

– Pero es claro compadre. Además cuentan con la media palabra del Rogelio y los radicales que no quieren se alborote mucho el avispero de los contratos truchos, donde más de uno no tiene cola limpia.

– Y eso va a terminar con la Fiscala degollada de parado?

– ¡Quien sabe compadre!, fíjese que se levantó una polvareda mediática grande, hasta las Naciones Unidas intervinieron. Entonces, a lo mejor conviene parar la mano. Y, cuando está por salir el fallo del jurado, Rogelio y sus acompañantes de boina blanca se acuerdan de la lucha contra la corrupción y la “independencia de la Justicia”

– ¿Cómo termina la cosa?

– Probablemente salvan a la Fiscala, jubilan al Coque. “Pato, hicimos lo posible por vos, pero la mano está brava”.

-Una forma elegante de tirarlo a los leones y salvar la ropa. Brillante la jugada compadre, no?

– Pero puede tener una falla: el escándalo puede provocar el agrandamiento del Coque que se sienta “el fiscal de la Patria” y la Ceci una versión rediviva de Juana de Arco ¿y si , embalados, ahora que ven que nadie salva al que se queda sin poder, resuelven seguir con más fuerza, destapando ollas podridas?

-¿será así compadre?

-No se olvide que al Gustavo y su tropa le queda más o menos un añito y medio más de poder. Después, salvo que se agencie un cargo con fueros, se le puede venir la noche. A estos, compadre, les puede pasar como al Dr. Frankenstein, el de la película: creó un monstruo que no pudo manejar.

-¡Con razón dicen que hay un “hombre que no duerme”!

-Y escribe y escribe…