Esta vez el poder político aparentemente influenció u operó no directamente en los miembros titulares del STJER, sino que lo habría hecho con las segundas líneas, los que accedieron al cargo por concursos públicos de antecedentes y oposición, en el Consejo de la Magistratura, en mecanismo que ideó Juan Carlos Halle de la mano de Jorge Busti y que actualmente manejaría a su antojo Rosario Romero.
El dato de “color” que dejó el fallo Goyeneche, es que esta vez el poder político aparentemente influenció u operó no directamente en los miembros titulares del STJER como acontecería habitualmente, sino que lo habría hecho con las segundas líneas, los que accedieron al cargo por concursos públicos de antecedentes y oposición, en el Consejo de la Magistratura, en mecanismo que ideó Juan Carlos Halle de la mano de Jorge Busti y que actualmente manejaría a su antojo Rosario Romero (pareja del mismo Halle).
“No operaron con bisturí, sino con serrucho”, exageraban los que creyeron ver en el fallo de la Corte un mensaje claro que sería decodificado por “especialistas” (jueces y juezas concursados).
El Consejo que le levantó la mano a Diego Lara como campeón de las cuentas públicas, se caracteriza desde hace ya un tiempo por dudosos “anonimatos” en los exámenes, en que nada más que la “confianza ciega” de la buena fe de los y las aspirantes garantiza que algunos jurados no les pasen el texto de las pruebas antes de realizada a concursantes “afines”, en un sistema más que falible; entrevistas personales calificadas “discrecionalmente” completan el combo “por si algo falla”, etc.
Por esas casualidades, de esos cuatro votos que se pronunciaron por la destitución de la Fiscal, tres accedieron a sus puestos actuales cuando Sergio Urribarri era Gobernador, y lo hicieron en el mismo concurso del Consejo, en el N° 126 Matorras entró por una lista complementaria y fue designado por Decreto Nº 4966 además de Guillermo Federik y Fabiola Bogado Ibarra.
De esos tres, Matorras y Federik tenían militancia política comprobada en las filas de justicialismo. Uno de los jurados técnicos de ese concurso fue el Juez Héctor Rodolfo SalarI de Concordia, quien fue cuñado de Augusto Alasino, ex Senador Nacional y discípulo de Menem.
El otro voto, el cuarto, es de la Jueza López Arango, que es Presidenta de la Asociación de la Magistratura y está intentando actualmente que el delfín mimado del dúo Halle-Romero en la justicia, o sea Alejandro Cánepa, la suceda en el cargo. Encabeza la misma Asociación que no emitió palabra alguna ante la designación de otro “colaborador” de Rosario Romero en el Consejo de la Magistratura, Pablo Biaggini Allende, actual “cebador de mates oficial” de la Defensoría de Maxi Benítez, que es ni más ni menos que sobrino de José Angel «Ruso» Allende, que es el antecesor en el cargo de Presidente de la Cámara de Diputados del actual Rey de los Contratos, Angel Giano (quien es a su vez pareja de Gisela Schumacher)
Pone el caso resuelto a “contramano”, si se quiere, del mensaje “entre líneas” de la Corte, una vez más en tela de juicio el accionar una vez más del Consejo de la Magistratura, manejado ahora por Rosario Romero, y su grupo político.
El mismo Consejo de la que participó muy activamente como Consejera la mismísima Cecilia Goyeneche, quien paradojalmente, declaró días pasados que con ese Consejo, estábamos mejor que antes… Se nota Cecilia…
El sistema es permeable a las jugadas políticas, pues resultaron ganadores, vaya casualidad, los intereses del oficialismo.
El Fiscal Taleb lo dijo en recientes declaraciones periodísticas: denunció el despliegue del desnudo de la facticidad del poder que estaba decidiendo en ese Jurado de Enjuiciamiento y también lo que habían sido las actuaciones en el propio Superior Tribunal de Justicia (STJ) nuestra conclusión era que esto iba a salir de esta manera.
2 comentarios
Ricardo el que calla otorga, nadie te sale a desmentir, es decir son CULPABLES Y CORRUPTOS, Y SE CAGAN EN LA GENTE.-
Goyeneche es como el precio del pan, una consecuencia de la política.