El justicialismo perdió de manera contundente en Neuquén y Río Negro más allá de que algunos sectores fueron en alianza con los candidatos que ganaron. La táctica para no repetir el mismo resultado en el sur de la región.
El 2023 electoral se presenta esquivo para el peronismo a nivel nacional, motivo por el cual la gran mayoría de las provincias optó por desdoblar los comicios y así evitar el efecto arrastre. La última en tomar esta decisión fue una de las jurisdicciones de la Patagonia, región donde el Frente de Todos viene perdiendo acciones elección tras elección. Este viernes, el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, fijó ir a las urnas para definir su sucesor el 30 de julio, dos semanas antes de las PASO.
Arcioni tiene escaso capital político en la provincia y necesita el apoyo del peronismo local, luego de la casi disolución de la fuerza que lo llevó al gobierno y que heredó del tres veces gobernador Mario das Neves. Sin posibilidad de ir por la reelección, las aspiraciones del mandatario pasan por conseguir un lugar en el Congreso de la Nación como diputado nacional. Hoy no tiene más consenso para ello que el aval de Massa, por lo que se vuelve esencial sumar adeptos en el pago chico.
El caso de la Patagonia Sur es diferente al del norte, donde la hegemonía se concentra en fuerzas provinciales, más allá de la última derrota del Movimiento Popular Neuquino el último 16 de abril, que perdió contra un actual diputado nacional de su propio partido, en alianza con sectores de uno y otro lado de la grieta. En Chubut y Santa Cruz no hay alianzas regionales de peso, y de cara a los próximos comicios el favorito es Juntos por el Cambio.
En la provincia que fue tres veces gobernador Néstor Kirchner y de ahí saltó a la presidencia rige la Ley de Lemas, mediante la cual todos los sublemas suman al que recibió más votos. De alguna manera es como una PASO que define en esa misma elección la general. Con este sistema, el peronismo gana cada turno electoral, pese a que algún candidato opositor sume más votos que su representante más votado.
Para los comicios de este año, todavía no hay certezas sobre el sistema electoral. Hasta la fecha, el peronismo especula con la fecha y las reglas con el reglamento en la mano. “Quieren hacer las elecciones a gobernador en agosto, junto con las PASO. Pero los comicios municipales en otra fecha. Así, como alguno de los intendentes va a ser candidato, tendrían la doble chance de ir por la provincia y luego por el municipio si pierden”, confiaron desde Cambia Santa Cruz.
Mientras Alicia estira la definición, el peronismo se mueve y ya hay varios nombres en danza. Uno de ellos es el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, quien tiene el apoyo del PJ local. También será de la partida otro alcalde, Javier Belloni, de El Calafate. Ya lo intentó en el pasado y quedó cerca de imponerse dentro del lema del FdT. Y hay lugar para uno más, el de Caleta Olivia, Fernando Cotillo. Los tres recibieron el visto bueno de Máximo Kirchner, en una reunión que concretaron días atrás. Otra opción, con menos anclaje territorial, es el presidente de YPF, Pablo González. Fue vicegobernador y es hombre de confianza de Alicia K. También tiene el visto bueno de la dirigencia nacional, que siempre tiene peso en la decisión final