Se destrabó el conflicto en Russell, lugar emblemático de encuentro de peronistas y de Cambiemos.

El pub se hizo famoso porque funcionarios importantes se ponían la gorra

El funcionamiento del local generaba muchas quejas de los vecinos por ruidos molestos y daños pero tras la intervención de la jueza Silvina García se llegó a un acuerdo y el dueño se hará cargo de la seguridad y de controles de tránsito en la zona.

Luego de años de conflictos con los vecinos, el bar Russell, que se convirtió en el último tiempo en un emblema de la ciudad de Paraná, finalmente se llegó a un acuerdo entre las partes.

Las quejas y los reclamos de los vecinos tenían que ver con las mesas que ocupaban parte de la vereda, los ruidos molestos hasta altas horas de la noche y los daños en la zona producidos por quienes salen del lugar con alguna pinta de más y orinan o vomitan en la vereda.

Tras reiteradas quejas por parte de los vecinos, intervino el juzgado de faltas Nº 3, a cargo de la doctora Silvina García, quien citó a las partes, entre las que se encontraban representantes de los vecinos y el dueño del local, Fabricio Imoberdorff y se llegó a un acta acuerdo.

El dueño del bar se comprometió a pagar seguridad privada para resguardar las propiedades de los vecinos de la zona, también a abonar el adicional para que haya inspectores de tránsito en el lugar, que controlen que las motos y vehículos se estacionen correctamente y demás.

A cambio, el bar recibió el permiso para colocar nuevamente las mesas en la vereda, algo que había sido prohibido luego de los numerosos reclamos de los vecinos, que incluso puso al boliche al borde del cierre.

El local ganó relevancia entre los paranaenses y es un lugar común de encuentro. Es más, suele ser punto de convocatoria para reuniones y charlas entre dirigentes políticos, tanto del justicialismo como del radicalismo.

Tanto es así que los parroquianos del bar recuerdan aquella vez que una candidata de la lista 2 y el jefe de campaña huyeron despavoridos del lugar cuando los militantes les comenzaron a pedir una ronda de cerveza.

Luego de estar muy cerca de ser clausurado, finalmente se llegó a un acuerdo y Russell se hará responsable de no ocasionar más molestias a los vecinos y el bar podrá volver a poner mesas afuera para sus clientes.

Dejar Comentario