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Cuando en el año 2002 Sergio Montiel gobernaba la provincia de Entre Ríos, un grupo de Diputados radicales encabezados por Julio Rodríguez Signes y formado entre otros por Ana D´Angelo, Carlino, Troncoso, etc., se hizo presente en la oficina del Primer Mandatario con un pizarrón y un reclamo.
Cuentan que el bloque de Diputados le exigió al Gobernador poder y presupuesto para la Cámara Baja, afirmando que si no les era concedido esto, iban a dejar de trabajar para la gestión. En otras palabras, le dejaron en claro a Montiel que estaban dispuestos a ponerle palos en la rueda.
Recuerdan algunos que en medio de la discusión, Sergio Montiel tomó la tiza de manos de Rodríguez Signes y les increpó: “Si yo me hundo, el radicalismo se hunde conmigo”.
Sabias palabras ahora que las vemos en retrospectiva, especialmente si recordamos como terminó el gobierno de Montiel y contemplamos hoy a una UCR que a duras penas logra superar el 18% de los votos en la provincia.
Actualmente en la nación parece estar ocurriendo algo similar. El gobierno parece decir “patria o muerte” y no se muestra dispuesto a ceder ante el reclamo del agro, dando a entender que si este conflicto lo hunde, arrastran a todos con ellos.
Un duro enfrentamiento interno en un Partido que dividía sus votos y su gestión, sumado a una crisis social, terminó con el radicalismo en Entre Ríos. Y esto no parece tan alejado de lo que ocurre hoy en el PJ a nivel nacional.
