La obra es fuertemente repudiada por los vecinos, ambientalistas y hasta por la jefa de gabinete de Cabandie, pero hay otros motivos.
Mientras los vecinos y ambientalistas continúan con el acampe en calle Racedo para evitar que continúen los trabajos de la ampliación, la gran pregunta que se hacen todos es por qué el municipio insiste con una obra que es abiertamente repudiada con la comunidad.
Tal conflicto se generó que la situación llegó incluso a la Justicia entrerriana, en donde se presentaron varias acciones, se dictaron medidas cautelares y hubo audiencias de conciliación.
Finalmente, la Justicia resolvió que el municipio podía llevar adelante la obra, trasplantando algunos de los ejemplares que se encuentran en el trazado enmarcado por el proyecto.
A pesar de ello, los vecinos, armados con chancletas y escobillones, se presentaron este lunes, cuando debían comenzar los trabajos, para impedir que se llevaran adelante.
También se hizo presente la Policía de Entre Ríos, de Rosario Romero, y sindicalistas de la UOCRA, que forcejearon con los ciudadanos presentes y hubo dos vecinos detenidos.
Lo que reclamaban los presentes era que los árboles se comenzaron a talar, a pesar de la resolución judicial, y exigían que se hiciera presente alguna de las autoridades municipales o provinciales.
Principalmente apuntaban a las autoridades que además son vecinos de esa zona como el intendente Adán Bahl, y la ministra de Gobierno, Romero, junto con su hijo, Santiago Halle, hoy secretario de Gobierno del municipio, y el ex intendente José Carlos Halle.
A este último, los vecinos le reprochan las irregularidades cometidas durante su gestión con la obra de calle Ramírez, en la intersección con Racedo.
En aquel entonces, el escándalo por sobreprecios y otras irregularidades fue minimizado por Halle, quien lo resolvió con la salida del municipio de quien era secretario de Obras Públicas, Tomás Arias, quedándose con la secretaría Rosario Romero.
A pesar de ello, los vecinos aseguran que son esas irregularidades las que hoy generan inconvenientes en calle Racedo y cuyas consecuencias todavía se están pagando.
La obra incluso fue rechazada por la Jefa de Gabinete del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación que conduce Juan Cabandie, Soledad Cantero, que también es de Paraná.
Pero el municipio insiste con llevar la obra adelante, a pesar del enorme costo político que genera, más en un año electoral y cuando los vecinos vienen sumamente golpeados y hartos por los manejos institucionales durante la pandemia.
Es que la obra es financiada por el gobierno de la nación, que le hará llegar al municipio los casi 73 millones de pesos que costarán los trabajos.
Allí radica la persistencia de las autoridades municipales en concretar la obra: si no se hace, se pierden los 73 millones de pesos.
A lo largo de las diferentes etapas que ha tenido el conflicto, el municipio contó con el apoyo de algunas agrupaciones vecinales de la ciudad.
Sin embargo, el comentario por lo bajo es que la dirigencia de esas vecinales habría otorgado su aval a las obras a cambio de ciertos favores del municipio.
Se presentaron también en el día en que comenzaban los trabajos los sindicalistas de la UOCRA, aunque los vecinos comentaban que no estaban allí para proteger a los trabajadores, sino que habían sido enviados por el municipio.
Pese a la ferviente resistencia de los vecinos y ambientalistas, que por ahora se imponen frente a la Policía armados con chancletas y escobillones, el gobierno municipal tiene serias intenciones de llevar adelante la obra.
Los vecinos ya anunciaron que esto le costará caro al intendente Adán Bahl, a quien tildan de “ecocida” en pancartas y publicaciones en las redes sociales.
Sin embargo, las autoridades municipales tienen varios millones de razones para buscar que la obra se concrete, a pesar del costo político que evidentemente acarreará.

3 comentarios
Beto por qué no vas personalmente a hablar con los asambleístas y les explicas los alcances de la obra.
No hace falta mandar la patota
Por la plata baila el mono
gobierno corrupto . Hay mucha plata para sus bolsillos