A pesar de CAMBIEMOS, en el Instituto Becario se mantiene la tradición de nombramientos innecesarios, y hay malestar entre los empleados.

Parece que en las nuevas y suntuosas oficinas de calle San Martin donde ahora funciona el organismo destinado a promover y ayudar a los estudiantes, se otorgan “becas” a personas que no estudian, para que “trabajen” en funciones que no son necesarias y solo contribuyen a sobrecargar al Estado. En los últimos días se han hecho nombramientos y designaciones, sin fundamentos ni ningún motivo que lo amerite, contrariando la orden del Gobernador de achicar el Estado.

La intención de Frigerio de erradicar antiguas prácticas que tienen que ver con convertir al Estado en Agencia de Colocación fue manifestada de palabra y con acciones desde el principio de su gestión, pero, en este tiempo transcurrido, todavía subsisten quienes tienen ideas similares a las de administraciones anteriores, por lo que siguen haciendo de los organismos del Estado su propio emprendimiento para favorecer a familiares, amigos y conocidos, CON PLATA AJENA.

En las impecables, coquetas, céntricas, instalaciones del Instituto Becario parece que sobra lugar para incorporar personal, aunque no exista la necesidad, ni estén dadas las condiciones presupuestarias, PERO EL AMBIENTE A BECA SE CONTAGIA, Y SE BECA A ALGUNOS PRIVILEGIADOS QUE NO SON ESTUDIANTES, PERO SI CONOCIDOS DE LOS MANDAMAS DEL ORGANISMO, que por motivos que no están aclarados, y de existir, difícilmente se condigan con la realidad, han empezado a convocar a gente amiga para incorporarse al lugar que dirigen, evidentemente, según su capricho y conveniencia.

Mariano Berdiñas, el sucesor del cuestionadísimo Sebastián Bértoli, el arquero que no pudo atajar las críticas y objeciones a su gestión, proviene de Nogoyá, es un ex candidato a intendente por el PRO que quedó en el camino en las PASO, pero, por acuerdos políticos pre existentes, ya había pedido hacerse cargo del Instituto Becario. Ahora, ya instalado, DESOYE la proclama de CAMBIEMOS y uno de los pilares de su propuesta de gobierno, que es hacer un Estado más eficiente, moderno y desintoxicado de ñoquis.

La aparición de este nuevo personal en bandada, inmediatamente despertó el malestar entre los demás empleados, conscientes de que este tipo de acciones solo repercuten en que el Estado deba desembolsar más dinero entre más destinatarios, y no pueda aumentar a quienes ya están, en tiempos donde existe una MENTIROSA inflación, de la que se ufana el presidente, que no considera la PERDIDA DEL PODER ADQUISITIVO con precios de productos básicos que no dejan de subir, más los servicios de agua, luz y gas que vienen con precios triplicados, y otros valores que se disparan SIN CONTROL, como las prepagas de salud, o las telecomunicaciones.

En total y hasta ahora, son 14 las incorporaciones, con contratos de ASESORES. El viernes pasado se agregaron los últimos 3, que no se sabe si serán los últimos, o seguirá el desfile. Un caso llamativo en este Instituto es el de Cristian Seguí, un dinosaurio que sobrevive desde el gobierno de Urribarri, que por acuerdos antiquísimos llegó para quedarse, y con el correr de los años ha cobrado un poder propio de quienes se apoderan de un cargo. Cristian Seguí ocupa el puesto de Director de Prensa y se encarga de bajar contratos que a los directores les molestan o los necesitan para otro “Becado/a”. Seguí sigue, el “becado” vitalicio, y encima siguen llegando más “becados” a la mansión de San Martín 458, a metros de la peatonal. “BECARIO RICO, BECADOS POBRES”.