EDITORIAL PROGRAMA «DE FRENTE»
Hoy todos comentan que el conflicto por la recolección de residuos en la ciudad de Paraná se solucionó, que todo volvió a los carriles normales, que el tema desapareció y todo volvió a ser como antes.
Pero no todo es igual. Porque a raíz de este problema, muchos vecinos dejaron de pagar sus impuestos y se recaudó un millón de pesos menos.
En una ciudad que durante varios días estuvo tapada de basura, el conflicto sólo se resolvió ante la curiosa participación de la Iglesia, la cual llamativamente logró un principio de acuerdo. O por lo menos eso fue lo que se anunció.
Aunque en verdad el problema lo debería haber resuelto el Intendente actual Julio Solanas, o el electo José Carlos Halle. En última instancia, los dos juntos.
Halle especialmente debería haber mediado, ya que tiene más poder debido al momento de transición. Claro, todos prefieren sentarse y acordar con el que viene a gobernar por los próximos cuatro años y no con aquel al que le queda poco tiempo frente al poder. Situación que se agudiza a causa de una transición tan larga.
Paraná hoy tiene dos intendentes y curiosamente, esto lo tuvo que resolver un cura. Algo inexplicable pero real.
Cuando este tipo de conflictos aparecen, siempre están los que se perjudican y los que salen beneficiados. A los primeros todos los conocemos, sobre los segundos, existen fuertes versiones de que este conflicto estuvo fogoneado.
Si alguien tenía la idea o el interés en que el servicio de recolección de basura se privatizará, esto le viene como anillo al dedo.
Seguramente después de que la ciudad estuvo tapada de basura, no habrá resistencia de los vecinos para que el área de recolección de residuos salga de la órbita municipal, ya que ha demostrado ser ingobernable.
Si el que viene realiza un plesbicito para saber que opinan los ciudadanos sobre la posible privatización del servicio de basura, no habría duda que el Sí se impondría cómodamente.
Y no debe ser muy difícil encontrar una empresa que brinde este servicio. Ya que 400 toneladas diarias de basura es buena plata para cualquiera (tal como lo dejaron entrever los empleados del área de limpieza y su delegado Gustavo Tornacue).
Este sería un buen negocio para aquel o aquella que lo obtuviera. A los trabajadores se los toma, cambian de patrón, de régimen laboral y a los 90 días están todos en la calle sin trabajo. Y así, el negocio sería completo.
En definitiva, como dijera aquel filoso:»A algunas alturas se asciende bajando».
RICARDO DAVID.
