Duras diferencias internas del Justicialismo que no hacen más que confirmar que va a ser difícil que se pueda converger en un punto.
Ayer, e incluso hoy por la mañana, la Casa de Gobierno de Entre Ríos estuvo rodeada de tractores, los cuales fueron estacionados sobre la vereda uno muy cerca de otro, simulando una cadena que encerraba la Casa Gris.
Esta nueva forma de protestar que impedía entrar o salir de la sede del gobierno provincial, fue un hecho verdaderamente inédito. Más allá de que el reclamo sea considerado justo o injusto, lo cierto es que esta modalidad de protesta marca que los entrerrianos estamos sumergidos en una anarquía total.
Esta situación acentuó las diferentes internas del oficialismo. Mientras algunos sufrían por este hecho, como Urribarri, sus Ministros y el sector que se identifica con el Gobernador, había otros que gozaban de lo que ocurría, tales como –según afirman los mentideros políticos- los Senadores Raúl Taleb, Santiago Gaitán, y los Diputados Jorge Kerz y José Allende, entre otros. Lo cierto es que este último grupo de Legisladores ya habría tenido dures cruces, además de críticas, hacia Urribarri y sus funcionarios.
Era tal la situación que se vivía en las puertas de la Casa Gris, que incluso corrió la versión de que desde el mismo PJ habrían insistido que se rociaran con gasoil o aceite las ruedas de los tractores, de manera que quien quisiera entrar o salir de la Casa de Gobierno no pudiera hacerlo sin ensuciarse.
El conflicto nación-campo que lleva más de dos meses, no hizo más que desnudar un enfrentamiento ya existente en el Justicialismo, división que venía desde el cambio de gestión y que ha generado una crisis política inédita como es el enfrentamiento entre la Legislatura con el Gobernador y sus Ministros. Al final, el poderoso partido oficialista quedó divido en dos.
Esto último fue corroborado el lunes de la semana pasada cuando el Presidente del PJ, Jorge Busti, convocó a los consejeros con el objetivo de sacar un documento a favor del campo y en contra del gobierno. Situación a la que Urribarri se anticipó llamando personalmente uno por uno a los consejeros justicialistas para invitarlos ese mismo día a las 14hs (esto es, horas antes que la convocatoria de Busti), reunión con la que logró que los representantes del PJ apoyarán al gobierno y no al agro, pero también, quebrando al Partido en dos.
Pero todavía queda otra pata en este conflicto, tanto en lo institucional como en lo político, son los Intendentes que no quieren entrar en el baile, ya que saben que su suerte depende del gobierno provincial y que no pueden arriesgarse faltando tres años y medios de de gestión. En otras palabras, están atados a Urribarri.
Con el broche de oro del Tractorazo que provocó preocupación en unos y goces y alegrías en otros, va a ser muy difícil que estos sectores enfrentados converjan mañana en algún punto.
En definitiva, como dijera un filósofo: «A los amigos, como a los dientes, los vamos perdiendo con los años, no siempre sin dolor».
RICARDO DAVID.