De peluquería.
La más chiquita volteó un congreso que a la otra le había costado muchísimo en trabajo y en efectivo, a dos días de realizarse.
Parece que la relación de dos altas funcionarias del gobierno provincial (con aires ministeriales) no da para más, porque no solamente no se hablarían, sino que no se podrían ni ver.
Un hecho que ocurrió en los últimos días habría sido la gota que rebalsó el vaso.
Según habría comentado una muy bien informada secretaria de un nuevo ministro, una de estas altas funcionarias habría jurado que donde se la cruce la va a “agarrar de las mechas”.
Según trascendió, una de estas funcionarias (la más chiquita) tendría aires de ministro. Para los memoriosos, llegó hace muchos años de la mano de un legislador del sur entrerriano (resbaladizo y escurridizo, que a pesar de los intentos no lo pueden encerrar) y luego acompañó a Cristina, que no es Kirchner ni Busti. Con el transcurrir de los años hoy ostenta un gran poder dentro del gobierno.
La otra funcionaria, que llegó de la mano de otro legislador amante de los habanos y de los buenos coches (aunque hoy estén en veredas enfrentadas), no le perdonaría a la primera no sólo la ninguneada que le viene pegando desde hace un tiempo, sino que también habría jurado vengarse de ella y hacer justicia por mano propia por haberle volteado un congreso de varios Consejos Federales dos días antes de realizarse, que le había costado mucho organizar y en los cuales había invertido mucho dinero de antemano (a la baisana no le gusta que se metan con su bolsillo).
En la amenaza que habría hecho pública, según comentaba esta secretaria entre otros, habría advertido que no se le cruce la chiquita en algún pasillo o reunión de gabinete, porque la iba a hacer pasar vergüenza delante de todo el mundo, incluso del gobernador.
Para tener en cuenta, esta funcionaria viene creciendo en protagonismo dentro del gobierno y promete destronar a esta “chirusa”.
