Vicepresidenta piquetera
Cristina Sosa, que había comprometido la presencia de la intendenta y funcionarios, al enterarse quién estaba en la organización, se bajó, y Gastón Grand se acordó de que era su cumpleaños.
Este sábado, una fundación de ayuda a enfermos oncológicos realizó un evento solidario para recaudar fondos para diferentes proyectos que lleva adelante.
Para la cena, en la que hubo sorteos y subastas, desde la fundación habían convocado a personalidades destacadas de la ciudad y también a funcionarios y autoridades municipales.
Entre quienes habían comprometido su presencia aparecían los nombres del presidente del Concejo Deliberante, Gastón Grand y de la concejal Cristina Sosa, que había afirmado que asistirían también otros ediles, funcionarios y la intendenta Blanca Osuna.
Para esto, ya habían reservado una mesa de alrededor de quince lugares y comprado la costosa entrada, cuya recaudación, junto a lo percibido en la noche, estaba destinada a cubrir gastos a los que el Estado no llega, como la compra de aparatología médica que requieren los enfermos hemato-oncológicos y a la construcción de un albergue para pacientes del interior y sus familias que deben tratarse en Paraná.
Pero comentan que la asistencia de las autoridades del municipio se vio trunca cuando se enteraron que la vicepresidenta de la fundación era una trabajadora de la Administración Fiscal Municipal (AFIM), que siempre encabeza los reclamos contra la intendenta.
Las iniciales de la empleada en cuestión serían LP y trascendió que cuando supieron de quién se trataba llegó la orden de no asistir al evento, por lo que se borraron todas las autoridades del municipio, incluidos los concejales identificados con un ministro que dio el presente.
El que salió más airoso de la situación fue el vicepresidente municipal, Gastón Grand, quien se acordó que el 14 de junio es su cumpleaños y debía festejarlo con sus allegados y mandó las disculpas del caso y su adhesión.
El resto de los que tenía comprometida su presencia en el evento y su colaboración no abonaron ni retiraron sus entradas y cortaron toda tipo de comunicación con los organizadores al enterarse de que un miembro de la fundación era una empleada piquetera.
