La historia que parte el alma
La práctica abortiva fue autorizada por la reciente magistrada Estévez, sin embargo el niño nació con vida y lo dejaron agonizar por 10 horas, murió tirado en una chata, un caso que provoca bronca, conmoción y repudio nacional.
El lamentable y repudiable hecho transcurrió en Concordia, en el hospital Masvernat donde una menor, junto a sus padres, acudió para que le practicaran un aborto, argumentando un embarazo producto de una violación. Transcurría su quinto mes de embarazo.
Los médicos se resistieron a hacerlo porque entendían que no fue por un abuso, la menor y sus padres acudieron a la Justicia.
La recientemente jueza de familia, Belén Esteves, hasta hace breve tiempo secretaria de ambiente de la provincia, ordenó la práctica aplicando el protocolo de ILE que rige en la provincia, una de las banderas de la ministra de salud, Sonia Velázquez.
El bebé nació con vida y lo tiraron en una chata, suponiendo que su presunta «inviabilidad» haría que en forma inmediata los latidos de su corazón se detuvieran. Pero eso no sucedió.
Permaneció con vida cerca de diez horas, indignando a los testigos que vieron cómo el niño se moría y nadie hacía nada, un caso de abandono de persona seguido de muerte.
Tal fue el trato totalmente inhumano que ni siquiera permitieron que el servicio de Neonatología pudiera asistir con cuidados más dignos e intensivos al niño ya nacido.
El resultado puertas adentro del hospital: siete médicos presentaron su objeción de conciencia porque el caso puso en evidencia las falencias del protocolo de aborto no punible.
Puertas para afuera: conmoción e indignación, escuchándose voces que piden incluso investigaciones y penas de prisión tanto para Esteves cómo para los médicos que aplicaron el protocolo por abandono de persona seguido de muerte y tratos inhumanos.
Una jueza que, por estas horas, está siendo objeto de fuertes cuestionamientos y escrache a través de las redes sociales, los cuales advierten a la ciudadanía de la falta de experiencia judicial de la misma, agravándose su situación porque habría permitido un aborto para una situación no prevista, al menos eso objetaron los médicos inicialmente al negarse a la práctica.
Las críticas también incluyen al polémico protocolo ILE, existiendo varias voces que le exigen a Bordet la eliminación del mismo en la provincia.
Un caso que conmociona, indigna y llena de bronca en la sociedad y va más allá de la discusión de la legalización del aborto o no, el niño nació con vida, escapando así de dicha figura, y tras una agonía de 10 horas, tirado en una chata, lo dejaron morir. Un hecho que parte el alma y que debería no quedar impune.
