Cresto abandona Concordia y su aspiración a la gobernación: Ansiedades más picardía, un decreto trucho viral, el resultado

La ansiedad de “Sandwichito” Francolini por la intendencia y de Cresto de alejarse de la ciudad más pobre del país o de formar parte del jet set nacional, trajo aparejada la particular sagacidad concordiense.

Desde la asunción de Alberto Fernández a la presidencia y la designación de Santiago Cafiero como jefe de gabinete viene especulándose con la designación del intendente Enrique Cresto como funcionario nacional.

Idas y vueltas, nuevas idas y vueltas, anuncios, contra anuncios desmintiendo, han sido una constante en la capital del citrus respecto del nombramiento de Cresto.

Finalmente su designación llegó este miércoles, el intendente, tomará licencia de su cargo, para asumir en el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (ENOHSA) dependiente de la Subsecretaria de Recursos Hídricos integrante de la Secretaria de Obras Públicas.

Más allá de la oficialización del nombramiento, como no podía ser de otra manera, su designación estuvo teñida de aquella sagacidad o astucia que caracteriza al peronismo concordiense.

Astucia alimentada por la ansiedad de Alfredo “Sandwichito” Francolini en cumplir el sueño del pibe de pasar de la viceintendencia a la intendencia, como también la del propio Cresto de tomar distancia de la ciudad más pobre del país para arribar a un cargo nacional como también de formar parte, aunque sea muy chiquita, del gobierno Nacional.

Como se puede apreciar en la estructura de la secretaria de obras públicas, cuyo titular es el Martin Gill, el intendente de Villa María Córdoba, en ENOHSA esta allá abajo junto a otros entes como AySA, APLA, entre otros, todos los cuales dependen de la Subsecretaria de Recursos Hídricos.

No se sabe a ciencia cierta los argumentos que habrá tenido Cresto para decidirse por este cargo, muchos en Concordia dicen que se va para escapar del estrés que acarrea gobernar la ciudad más pobre del país, otros hablan de sus ambiciones para formar parte del jet set nacional.

Lo cierto es que bancado por algunos referentes nacionales con cierto peso, amigos de Cresto, caso del intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, el intendente pasa a formar parte de un cargo sin mucha trascendencia y presencia en los medios.

Y de esta manera, abandona de lleno su carrera para la gobernación. Y es que, a nivel de presencia en la Provincia, no es lo mismo ser el intendente de la segunda ciudad más importante de la Provincia que como titular del ENOSHA.

Más allá de la excelente gestión que tenga Cresto en el ente, llevando agua cristalina y pura a cada rincón de su ciudad, se aleja de la Provincia, achicándose las chances de pelear por la gobernación.

Los conocedores en la materia entienden que no tendrá ninguna posibilidad en el 2023 desde un sillón intrascendente en el gobierno nacional, mas allá de sus amistades, de las promesas y compromisos que hayan asumido sus amigos nacionales, sería una epopeya, algo épico, que un director del ENHOSA gobierne la provincia o tenga posibilidades para hacerlo.

Por otro lado, Cresto deja la chequera y la firma del segundo Municipio de la Provincia, ahora la tendrá Francolini, más allá de que piense que mantendrá el poder al deshacerse del gobierno

La historia y la experiencia indican cuales han sido los resultados de dejar a otro dirigente al frente del gobierno pensando que se mantendría en el poder, los ejemplos de Jorge Busti y Sergio Urribarri, o en Buenos Aires Carlos Ruckauf y Felipe Solá, son por demás elocuentes.

Ahora resta saber si lo traicionó la ambición por estar en lo nacional, o su necesidad de huir del estrés de gobernar la ciudad más pobre del país o si todo es producto e una muy mala lectura del intendente.

Sin embargo, una cosa está clara, puede llevar toda el agua más transparente y cristalina a Concordia aunque no tengan ni canillas, pero la carrera por la gobernación, la pelea para posicionarse, las redujo notoria y menormente.

¿Cresto va a hacer campaña por la provincia repartiendo bidones de agua?, se preguntan irónicamente los conocedores del ámbito político que dan cuenta de la imposibilidad de posicionarse en la gobernación desde en ENOHSA.

Una designación que en Concordia, como no podía der de otra manera, despertó la peculiar picardía que caracteriza a varios de los dirigentes peronistas, dando la nota de color de la jornada.

Hablamos más arriba de la ansiedad de Farncolini, como también de la del propio Cresto, si a esto le sumamos aquella singular sagacidad, el resultado no puede ser otro, que una operación para rédito político.

En horas del mediodía, cuando la noticia ya había sido oficializada, desde Concordia aparecía el decreto de designación de Cresto en el ENOHSA.

Aunque con una peculiaridad, si bien el mismo tiene todas las particularidades propias de un autentico, no lo es.

Si no es por el detalle de la profesión que se le atribuye al intendente, el documento al inicio menciona que es ingeniero y es abogado, incluso hasta sus autores se tomaron la molestia de estudiar la normativa para incluir las leyes propias del ente, el decreto pasa como tal, a pesar de que si se mira con detenimiento su número debería generar las sospechas incluso del menos hábil.

Bueno, esto no ocurrió, y varios medios provinciales, sin chequear la información, publicaron como autentico y cierto el decreto, eliminando las publicaciones minutos más tardes, cuando se dieron cuenta del furcio o, más bien, de la picardía concordiense al que habían sido objeto.

Más allá de esto, lo cierto es que Cresto se va, abandona la ciudad más pobre del país para instalarse en Capital Federal con un cargo muy menor pero pasando a formar parte del gabinete nacional, abandonando asimismo, su presencia en el suelo entrerriano y con ello, su chances de pelear la gobernación.