Bordet: Un negro horizonte de “ajustazo” para después de noviembre y una oposición obligada a intervenir ya

Tirarle en la cara a la sociedad el “Plan Platita en el Boslillo”, dando rienda suelta a un populismo acérrimo e inaceptable, que obligó al oficialismo a ampliar el presupuesto por 47000 millones de pesos en el corriente año, instrumentado mediante dádivas de nulo contenido ético y republicano para convencer al electorado que cambie de opinión.

No pagarle a los jubilados lo que les deben y si a los egresados de los colegios secundarios de la provincia de Buenos Aires sus viajes de estudios (como si fuesen los únicos adolescentes pobres del país y acá por estos lares nadie dijo “ni mu”), tener la inflación descontrolada, ponerlo al ultra K Roberto Feletti (que ya adelantó que la inflación de septiembre iba a estar por arriba del 3 por ciento – 3,5%- y que lo que vio de octubre no es bueno) como Secretario de Comercio e instrumentar un instantáneo congelamiento y control de precios hasta enero de 2022 de más de 1000 productos de cumplimiento imposible (otro voluntarismo que desafía a la ley de gravedad, repudiado por la Cámara Argentina de Comercio y por cualquier analista objetivo), todo vale. En el medio, amenazar veladamente a un humorista y su familia por parte de Aníbal Fernández, Ministro de Seguridad.

En ese contexto de crisis terminal y putrefacción, Bordet dijo alegremente (y la prensa adicta lo publicó como titular sin ruborizarse) que “vemos (él y suponemos que su equipo) que hay indicadores macroeconómicos que mejoran sustancialmente día a día”. Según publicó en su cuenta de twitter “acordamos (con Manzur, Jefe de Gabinete) continuar con medidas que tiendan a mejorar la competitividad en la estructura de costos de nuestros productores y generar acciones para crear más empleo”.

Pero como siempre, oculta la verdad. Después de noviembre lo que se viene seguro no es la recuperación. Por el contrario, se avecina el ajuste o con más propiedad un “ajustazo”.

Ya sea por las buenas (acuerdo con el Fondo para renegociar el pago de US$ 44.000 millones que la Argentina debe) y que el mismo Presidente Alberto Fernández lo da por descontado en contacto con empresarios para enero o febrero, o por las malas (estallido social porque no se arriba a dicho acuerdo y es insostenible económicamente por falta de reservas el actual estado de situación, porque sencillamente las reservas del Banco Central se agotan).

En ese ajuste por las buenas (que es el mejor escenario posible para Bordet de los dos) lo va a encontrar sin financiamiento, con la provincia endeudada en dólares, una inflación anualizada muy superior al cincuenta por ciento, con los gremios lógicamente reclamando aumentos para que sus bases no los pasen por encima, sin reelección, con su partido perdidoso y con una relación extremadamente fría o “congelada” con el Gobierno Nacional, que se la tendría “jurada” políticamente. Según ya le habría adelantado Manzur, no tendría en el futuro “fondos frescos” para auxiliar a las alicaídas cuentas provinciales.

En un contexto, además, en el cual todo se agravará aún más en la macroeconomía, donde seguro se despertará el dólar oficial (que está pisado), el precio de los combustibles que está “planchado” trepará al igual que el de la energía eléctrica (condición del Fondo para el acuerdo es baja a los subsidios a las empresas de energía que consumen gran parte del gasto público).

Pero la oposición tiene el riesgo que rápido se le licúe el efímero rédito electoral o la confianza del electorado que van a obtener en noviembre, porque si llegamos hasta aquí es porque no hubo una oposición firme. En otras palabras: Bordet pudo hacer este desastre con la complicidad de la oposición. Es hora que ponga límites e intervenga con energía, denunciando, exigiendo los cambios y sobre todo, diciendo la verdad.

Gremialistas nos dijeron que “ya no tiene margen para volver al ajuste como hizo en la ley de emergencia”.
Pero sostener el déficit en la Caja de Jubilaciones, (mientras quien le manejó ese organismo baila Tik-Tok) en la UDAER, en el IOSPER, sin auxilio de la nación es literalmente imposible.

“Para que pueda terminar tranquilo el mandato se va a tener que disfrazar de mago. Sólo que le haga el trabajo sucio a “Frigerio”, agitó un dirigente con experiencia, reflotando el ya famoso y evidente, plan entrega.