Los números le siguen dando la espalda al espacio que lideran los Fernández en Nación y abren más interrogantes sobre el futuro político de la coalición K.
Pese a la reacción política y económica que la Casa Rosada intentó después del cimbronazo electoral de las PASO, a dos semanas de la elección general, las últimas encuestas lo muestran casi en el mismo lugar del que partió, con esos magros 30 puntos nacionales y unos 10 promedio debajo de Juntos por el Cambio.
Ese escenario adverso a nivel país, que de concretarse afectará seriamente el poderío del oficialismo en el Congreso, se explica en buena parte por los números parciales del Frente de Todos en los grandes distritos. En particular en las dos Buenos Aires. La más grande, donde la lista encabezada por Victoria Tolosa Paz quedó 4,37 puntos abajo el 12 de septiembre y no estaría logrando remontar; y la más chica, en la que el radical K Leandro Santoro sólo apuesta a una derrota digna, a más de 20 puntos de María Eugenia Vidal y con el sorprendente Javier Milei empujando desde atrás.
Este momento complejo para el Gobierno surge de 17 encuestas de los últimos días y que analiza en exclusiva este fin de semana: se trata de 5 estudios nacionales, 6 bonaerenses y 6 porteños. Cada uno con características particulares, pero con un denominador común: los números le siguen dando la espalda al espacio que lideran los Fernández y abren un interrogante (otro) sobre el futuro político de la coalición K.
Quizá la sorpresa más grande de las primarias se dio en el resultado del acumulado nacional. ¿Por qué? Porque si bien las encuestas en los principales distritos (las dos Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza…) anticiparon con precisión la derrota oficialista, cuando las mismas consultoras pronosticaban el escenario a nivel país planteaban llamativamente una puja más pareja. Contradicción estadística. Ya no.
Jorge Giacobbe, uno de los analistas más mediáticos y críticos del kirchnerismo, es el que presenta una caída del oficialismo: según su último relevamiento, (apenas el 22,7% de los encuestados quiere que el Gobierno gane la elección contra casi el triple (67%) que desea lo contrario. En la medición anterior, de fines de septiembre, la relación era 25,1% a 64,4%. En junio del 2020, su primer parámetro, estaba 37,3% a 42,9%.