La UADER sigue dando que hablar

Dicen por los pasillos de la Universidad que ya nada sorprende, que basta solo con recordar la manera que llega el abogado Luciano Filipuzzi al cargo de Rector como para muestra.

Que si bien en redes y en cuanto acto puede habla de democracia y participación, al momento de los hechos, es el mayor censurador de listas y el defensor más acérrimo de las designaciones a dedo o por amiguismo, mostrando un notable desprecio por los procesos electorales y ni hablar de los concursos de ingreso.

Enseñar es un acto profundamente político, supone apostar a un futuro, que a la vista aparece diluido en esta provincia de Entre Rios.

Esta semana no más, contábamos lo que pasaba en una escuela de San Salvador. En la Entre Ríos de Bordet, la educación formal parece no importar. Las escuelas primarias y secundarias serían las únicas que no cuentan con privilegio, por que el funcionariado del Consejo de Educación saborea las bondades de esta provincia, sobre todo los vocales y presidente del Consejo.

Pero el CGE no sería la única institución que goza de las mieles del poder, ya que por estos días, apareció nuevamente en el tapete la cuestión de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). De nuevo, llama la atención los hechos graves que hoy suceden pero que no son nuevos en la Casa de Estudios provincial.

Desde hace algunos años, concretamente desde 2015 y sobre todo luego de la “normalización” de la Universidad, hemos estado dando voz a trabajadores y trabajadores, quienes a lo largo de este tiempo han ido contando las irregularidades y arbitrariedades que allí sucederían. Desde hace más de 6 años, las denuncias no paran, se acentúan, hay juicios que UADER pierde por no respetar los derechos de docentes y personal administrativo, y sigue pagando costas, gastos y honorarios por sus incumplimientos.
Lo cierto es que, a pesar de ello, nadie ha tomado cartas en el asunto. Ni Bordet, ni Rosario Romero han actuado en consecuencia. Ni una investigación, ni una explicación, nada de nada. Mudos desde hace más de 6 años.

Hace algunas semanas, la profesora María Rosa Gianello, docente de la cátedra “Análisis Institucional”  de la Facultad de Ciencia Y Tecnología, compartía en sus redes sociales una carta abierta, en donde vuelven a salir a la luz las situaciones de abuso de poder, de falta de democracia y los desmanejos que ocurren en el ámbito de la Universidad de Entre Ríos.

En dicha carta, la profesora manifiesta que a fin de que se respeten los derechos del claustro de profesores, han reclamado formalmente ante las autoridades, han denunciado frente a decanos y el rectorado – hoy a cargo del abogado Luciano Filipuzzi, de quien se desconocen antecedentes o formación en educación universitaria y que el único valor que tendría en su curriculum vitae sería la relación estrecha que sostiene con Adan Bahl y Rosario Romero – y que en las denuncias han declarado que habría habido malversación de fondos que suponen determinados actos administrativos claramente arbitrarios (y dan como ejemplo el hecho de pagar a una persona sin hacer una tarea y reducir la planta funcional de dos carreras para desviar fondos destinados oficialmente a abonar cargos y horas cátedra), o “designaciones espurias”, y citan como ejemplo a la Resolución 1357/ 18 de la FCyT para que un abogado pudiera seguir cobrando sin trabajar.

Dicen por los pasillos de UADER que ya nada sorprende, que basta solo con recordar cómo llega el abogado Filipuzzi al cargo de Rector de la UADER como para muestra, que si bien en redes y en cuanto acto puede habla de democracia y participación, al momento de los hechos, es el mayor censurador de listas y el defensor más acérrimo de las designaciones a dedo o por amiguismo, mostrando un notable desprecio por los procesos electorales y ni hablar de los concursos de ingreso.

Se cuenta que Filipuzzi, desde que pisó UADER de la mano del entonces rector Biog. Anibal Satler, fue preparando el terreno para acumular poder, poniendo amigos y familiares en distintos cargos. El slogan de Filipuzzi habría sido: “Vengo a producir cambios” y parece que nadie advirtió que los cambios se referían a la baja de horas de quienes pensaban o lo enfrentaban, y las designaciones de quienes lo rodean.

En pocas palabras, y tomadas de la carta abierta de la profesora Gianello: “… las instituciones han caído bajo el oscurantismo de la época. Sin poder real y con un hervidero en su interior, este rector igual que sus antecesores ( con algunos matices) es la cara visible de lo que los especialistas denominan “la caída de la autoridad institucionalizada”. Luciano cae en cámara lenta. Es un soldado, soporta y sigue.”

El reclamo de docentes, personal de la administración de UADER y del alumnado, es unánime: “El Estado Entrerriano tiene la obligación de restituirnos la posibilidad de autoregularnos, autogobernarnos y sostenernos“, es lo que dicen.

¡Ni la universidad se salva en la Entre Rios de Bordet!

Se ordena a la UADER admitir la participación de una lista y readecuar su cronograma electoralr