Mientras avanza en el mundo la soberanía informática, acá no anda ni un disco rígido

Durante la mañana de hoy la administración pública estuvo “parada”. La culpa, decían, la tuvo un disco rígido. Échale la culpa al disco, decían, y capaz se aprovecha a borrar algunos datos comprometedores.

Cualquier cosa que un estado o país quiera generar, desde una política pública hasta un desarrollo,  requiere de tecnología, y  es fundamental  tener un control de esa tecnología para poder desarrollar cualquier política industrial, social o lo que sea, desde un registro de empleados hasta una base de datos,  siempre al final hay un elemento tecnológico.

De allí la importancia de la SOBERANÍA TECONOLÓGICA, de la que en esta provincia se ha hablado bastante.

Es importante destacar que hoy en día la implementación de casi la totalidad de las políticas públicas requiere algún soporte informático. Desde el análisis de grandes datos de salud en el contexto de la pandemia de covid, hasta de las políticas de desarrollo social como los subsidios del ministerio de desarrollo social. Este nivel de informatización de la gestión del Estado debería estar en crecimiento y a un ritmo cada vez más acelerado.

El desarrollo de la tecnología propia, le da la posibilidad de tomar sus propias decisiones tecnológicas.

Pero, en el reino del revés, en la Entre Ríos de Bordet y de las caminatas, como viene sucediendo, “se anda de contramano”.

Cuentan que sistema de expedientes de la provincia, estuvo toda la mañana sin funcionar,  supuestamente por un disco rígido que se habría roto.

Dicen que a este disco rígido se vinculan también otros sistemas, pero que el más afectado es el Sistema de Gestión de Expedientes, que vincula y opera en todas las dependencias de la provincia. Esto implicaría que, durante toda la mañana, la administración pública no pudo trabajar.

Lo que más llama la atención es que hace unos años, Carlos Marcelo “El Turco” Haidar, quien fuera por años director de informática de la  provincia de Entre Ríos, habría sido cuestionado por la compra de unos servidores, atento a que se venía el gobierno digital, y que finalmente fueron adquiridos por la provincia.

Asimismo, allá por el 2017, en un medio local se decía que «nuestros servidores están protegidos, puesto que todos los antivirus que tenemos tienen la licencia y la firma de virus actualizada. Esto es un impedimento para que el ataque tenga éxito».

Finalmente, manifestó que desde el área de Informática «estamos interiorizados del tema, sabemos cómo fue y seguimos manteniendo las medidas de seguridad».

Es por ello que no se comprende lo ocurrido, si es que no se continuó con el mantenimiento de los servidores, si al gobierno provincial no le interesa la soberanía tecnológica o si al poner la plata del presupuesto en desarrollo tecnológico, y su soberanía no garpa.

Por otra parte, se podrían hacer otras lecturas: si  el sistema de gobierno entrerriano es tecnológico,  se produce la despapelización y se avanza en expedientes digitales, se obliga a la transparencia total, atento a que cualquier movimiento digital deja huella y no es factible  – como en el expediente papel – “cambiar la hoja”.

Es cierto que durante la gestión anterior de Bordet, la Secretaria de Modernización del Estado dependía de Edgardo Kueider, quien no la quería largar por nada del mundo (es claro, además de ser una dependencia clave), quien está a su cargo es un “tractorcito” (asi la jerga) todo terreno, por tanto desprenderse de una funcionaria joven, comprometida y activa no era buen negocio.

Lo cierto es que hoy, en el gobierno de Bordet  y la transparencia, los retrocesos en las políticas públicas están a la orden del día. En nada se avanza y en todo se retrocede.

En el mundo se habla de “tener un control intelectual y soberano sobre las infraestructuras informáticas”, mientras en esta bendita provincia, no podemos sostener ni un disco rígido.