Recalculando: Mientras una se diluye, otra retoma con fuerza.

Claudia Monjo sería otra vez considerada para la candidatura a vicegobernadora porque la figura de Lorena Arrozogaray no tuvo la repercusión esperada, y no cosechó la simpatía ni la adhesión de la dirigencia por ser alguien que no ha trascendido con elocuencia en la provincia.

 

A escasas horas de cerrarse la inscripción de postulantes para las PASO, se siguen haciendo experimentos sociales para medir la reacción que causan algunos nombres y combinaciones de candidatos, esto posibilitado por la rápida interacción que permite la internet, los medios digitales y las redes sociales, que logran reflejar la impresión de los votantes apenas ocurren los anuncios, o, en muchos casos, rumores que son sembrados por los operadores que intentan ultimar los detalles de las listas.

 

La intendenta de Villaguay era la primera opción que se había mencionado desde el PJ para que acompañe a Bahl en la difícil tarea de retener el Ejecutivo provincial, luego de la tibia gestión de Bordet que dejó al peronismo casi sin argumentos para batallar en las elecciones, encima que el gobernador juntó el acto electivo con la Nación, lo que agrega el descontento generado por la actuación de Alberto Fernández, causante en estos momentos de una erupción social en varios puntos del país.

 

Claudia Monjo ha cosechado dos intendencias consecutivas igualmente de exitosas, con trascendencia por los beneficios que ha traído a Villaguay. Muy respetada en la Liga de Intendentes Peronistas, se ha convertido en un referente para el partido, ganándose un nombre y un prestigio. Pero, en estos últimos días, Monjo había preferido acompañar la figura de su marido, Adrián Fuertes, como candidato a sucederla en el cargo, mientras ella iría como diputada provincial.

 

Ante este panorama, se apeló a la viceintendenta de Gualeguaychú, Lorena Arrozogaray. Si bien su imagen es atractiva para algunos votantes como expresan los expertos en marketing y redes sociales asesores de los jefes de campaña, no es muy conocida en el resto de la provincia, además de que para algunos sonó raro que en 2019 haya votado en la mesa para extranjeros, por ser nacida en Uruguay, y no tener ciudadanía argentina en aquel momento.

 

Apenas fue anunciada Lorena Arrozogaray, se notó una cierta decepción por parte de la militancia, y se despertaron muchos interrogantes, porque el peronismo está ávido de una fórmula con aspiraciones. En cuestión de horas se fue diluyendo la imagen de Arrozogaray, que, si bien servía para la foto, no despertaba sentimientos de adhesión por tener una carrera política aún incipiente, que para este momento de emergencia y urgencia del PJ entrerriano no era rentable.

 

Es así que otra vez se negocia para que Claudia Monjo sea finalmente la candidata a vicegobernadora, que tiene suficientes palmares para el cargo, el carácter, la experiencia, y un nombre impuesto, y que le suma a Bahl el apoyo que ya tiene en su Villaguay natal, situación muy distinta de lo que ocurrió siempre con la actual vicegobernadora, y además le brinda al PJ un nombre con proyección a futuro, más allá del resultado de estas elecciones.

1 comentario

Jorge M. 23 junio, 2023 at 4:26 pm

Con la ley de igualdad de géneros para los cargos, se hace difícil conseguir la compañera o compañero ideal y hay que rebobinar teniendo en cuenta las famosas encuestas para medir a cada cual. Frigerio y Galimberti ya solucionaron su cuestión y hay que ver si Monjo acepta este desafío. Seguramente Adrian Fuertes la convencerá. Recalculando, como bien dice el título.

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