Inundación en Gualeguay: entre la indignación y la impotencia, increparon a funcionario municipal

Vecinos afectados por el fuerte temporal y el avance del agua en la ciudad del sur provincial increparon y echaron a los gritos al secretario de Obras Públicas.

El temporal que se desató en el sur de nuestra provincia hizo estragos en varias ciudades, pero la mayor damnificada fue la ciudad de Gualeguay, donde fueron evacuadas cerca de 200 personas, debido a los destrozos y los anegamientos en gran cantidad de viviendas, y especialmente en barrios de la periferia.

La lluvia azotó a la ciudad, donde cayeron mas de 250 milímetros y las bombas de drenaje no dieron abasto, según los informes del municipio.

En la localidad se han puesto a disposición y colaboran con la ayuda las instituciones, clubes, iglesias, empresas y comercios particulares, para poder paliar la grave situación que afecta a cientos de gualeyos.

El propio gobernador Frigerio de hizo presente este viernes para evaluar la situación en el propio territorio, ofreciendo toda la ayuda provincial y solicitando la colaboración del gobierno nacional. De inmediato comenzaron a llegar bolsones y comida para quienes han perdido casi todo. Desde Nación ya llegaron a Gualeguay camiones del ejército para colaborar con la delicada situación de quienes aun se encuentran en sus viviendas y no pueden salir, y necesitan de la ayuda alimentaria y asistencia en general.

Pero, la indignación y la impotencia de algunos vecinos se dejó ver este viernes en unos de los barrios afectados, ante la presencia de un funcionario municipal. El titular de Obras Públicas de la municipalidad, Guillermo Antola, llegó hasta el Barrio Dunat, ubicado en la zona este de Gualeguay, detrás del hipódromo y muy cercano a la rivera del Río Gualeguay, pero no fue bien recibido por los vecinos.

El barrio estaría fuera de los limites de la defensa costera, construida para contener el avance del río hacia la ciudad, y sus habitantes fueron afectados por el rápido avance del agua y por el lento avance de la ayuda que, según los propios vecinos, no llegó con antelación tal como lo habían solicitado.

Entoces, no recibieron con gratitud la presencia de Antola, quien fue increpado justamente producto de los reclamos sin respuesta, y el funcionario intentó, con actitud chocante, excusarse con los vecinos, pero la afrenta hizo que los vecinos lo echaran a los gritos y con epítetos fuertes hacia su persona.