«Hubo una movilización enorme del Partido Justicialista, la cual celebro. Pero había como una barricada de quiénes eran los dueños de la fecha, de la plaza, de la causa. Todo quedó desvirtuado cuando la pluralidad de voces en esa plaza fueron todas escuchadas, menos la mía», manifestó Lorena Aqguilar, secretaria Municipal de Concordia y presidenta de la UCR local a Radio RD 99.1
«La movilización en Concordia fue multitudinaria el domingo 24, la plaza estaba colmada, estaban todos los partidos políticos, todas las organizaciones sociales de derechos humanos, fue organizado un acto institucional en el cual entendíamos que había que conmemorar y acompañar», dijo Aguilar en referencia a la movilización del domingo 24 de marzo en Concordia.
«En un momento, para el cierre, iba a dar unas palabras como funcionaria, acompañando el acto, y empezaron los abucheos, los improperios, las señas, se acordaron de mi árbol genealógico completo. Eso manifestó la intolerancia más absoluta en un ámbito donde había una plaza colmada, donde había familias, donde conmemorar una fecha tan cara de alguna manera se opacó.»
«Lo que me llamó la atención del colectivo de género o de mujeres que se arrogan, que hablan de sororidad, manifestándose totalmente con agravios, pero bueno, eso marca la intolerancia.»
«Lo que sucedió el domingo fue que se demostró que la plaza, que es un espacio público, no le pertenece a ningún partido político sino a los concordienses, en esa plaza no había nadie que esté en contra de los derechos humanos, no había nadie que defienda otra cosa que no sea conmemorar una fecha tan cara.»
«De hecho, escuchaba a algunos dirigentes del Partido Peronista diciendo que era innecesaria mi presencia, que haya hablado. Pero, muchachos, ¿de qué estamos hablando? Cuando yo arranco, le digo, arranco entre abucheos y silbidos, le digo ¿pero qué estamos silbando si estamos en democracia?. Y agradecí profundamente y de corazón la presencia de distintos matices ideológicos y políticos en esa plaza, porque esa era la muestra más cabal que 40 años de democracia todavía no son pocos y vayamos por una eternidad.»
«Mi discurso fue totalmente conciliador, pero también hagámonos cargo de quienes me abucheaban y de alguna forma trataron de arruinar un acto que era un acto de la democracia, que era un acto de los derechos humanos, y hagámonos cargo también de los 40 años, porque el hambre también es la ausencia de derechos humanos. Y el hambre en Concordia no arrancó el 10 de diciembre. Nosotros somos conscientes de la ciudad que recibimos.»
«La intolerancia trató de opacar una plaza colmada, que seguramente año tras año vamos a ir construyendo una historia distinta, desde la empatía, desde la construcción colectiva, desde la tolerancia. Pero bueno, son embates que uno tiene que recibir también.»
«Las agresiones también vinieron de mujeres, digo mujeres que hablan de sororidad, que a la hora de acordarse de mi árbol genealógico no tuvieron reparos, y de una manera totalmente más misógina que algún hombre.»
«Durante muchos años, y lo hablo como dirigente del radicalismo, nosotros sí hemos ido a la plaza, pero no podíamos ir a la plaza con nuestras banderas. Creo que lo que molestó en ese escenario fue que haya una bandera radical. Porque se apropiaban de la plaza, se apropiaban de la causa, lucraban con la causa. Y creo que eso le generó una molestia, demostrar que no son los únicos dueños de la verdad. Y que, les pese a quien les pese, el 24 de marzo de 1976 nos atravesó a todos, a todos los argentinos. Y que poder haber logrado 40 años interrumpidos de democracia es un logro colectivo al cual tenemos la responsabilidad moral de seguir construyendo.»
«En la vuelta a la democracia también hubo banderas radicales, hubo juicio a las juntas, la libertad de derechos individuales y colectivos también, la ley de la patria potestad compartida, la ley del divorcio vincular, que eran totalmente progresistas para un entorno que venía de muchos años de oscuridad ideológica y de cercenamiento de ideologías.»
«En esta plaza se demostró que no hay dueños de la verdad, de la memoria y de la justicia. Y que pudimos tener una plaza colmada. La participación a una fecha tan cara y la concurrencia, al menos en mi ciudad, también tiene que ver con un cambio de signo político, que tiene que ver con otra mirada. Nosotros siempre hemos ido a la plaza, pero a modo individual, no institucionalmente, porque no nos tenían permitido, si se quiere.
«Hubo una movilización enorme del Partido Justicialista, la cual celebro. Pero bueno, había como una barricada de quiénes eran los dueños de la fecha, de la plaza, de la causa. Bueno, eso quedó desvirtuado cuando la pluralidad de voces en esa plaza fueron todas escuchadas, menos la mía.»