En la previa del Congreso del PJ Bahillo dejó a todos helados, «nunca la puse, ni la voy a poner».

 Lauritto el elegido para presidir el congreso dijo que «el partido me debe a mi, yo no le debo nada, tampoco voy a poner», y esto le sirvió a una senadora para decir «hasta que no la pongan desde los ejecutivos yo tampoco la pongo».

El PJ provincial se apresta para celebrar el tan postergado Congreso partidario a fin de empezar la difícil tarea de reconstruir lo que fue en su época de esplendor, que lo llevó a estar 20 años en el poder y hoy es una sombra relegada a un papel secundario, con riesgo de quedar en tercer lugar en las legislativas de 2025.

Hay un par de temas que le urgen tratar a los dirigentes. Uno sería participación de las minorías, otro intentar que se derogue la ley Castrillón, arma fundamental del peronismo cuando reinaba, pero que hoy se le ha tornado en contra, y lo otro que se pretende debatir, como asunto importante, es la expulsión de Muller y Kueider, uno por pasar a colaborar con el gobierno libertario, y el senador, por traicionar el mandato del partido, darle la espalda, y disponer de su banca para sus intereses personales, lo que implicó ser funcional a los libertarios y convertirse en su aliado.

Pero, resuena una cuestión que desde hace bastante se ha agravado, y es el abandono que sufren los empleados de la Casa del Partido, que trabajan en la emblemática casona de calle 9 de Julio 251 de Paraná. Se trata de una docena de trabajadores que cobran con atraso, fuera de término, y todo producto de que el PJ entrerriano está quebrado económicamente, luego de años de desatención por parte de quienes lo dirigían, y ahora, desde el “cambio” de autoridades, la situación no da signos de recomposición.

El principal escollo es LA ACTITUD INCONMOVIBLE de quienes, a pesar de estar obligados por la carta orgánicas a ceder un porcentaje al Partido, NO APORTAN MAS QUE JUSTIFICATIVOS para no entregar el 10 por ciento debido. Todo funcionario que accedió a un cargo valiéndose de la infraestructura del PJ debe brindar como contraprestación ese porcentaje para el mantenimiento de la infraestructura partidaria.

Importantes nombres han manifestado su NEGATIVA. Incluso, el Diputado Provincial, Juan José Bahillo dejo a todos HELADOS, cuando le ofrecieron que, aunque sea, pague LA MITAD del porcentaje,  que serían 250.000 pesos, y respondió que él NUNCA había aportado, y por tanto tampoco lo haría ahora. Bahillo, no está dispuesto a ceder nada de los cinco millones que percibe como miembro de la Cámara Baja.

Otro que dejó en claro que tiene motivos para no aportar, es quien fue elegido como presidente del Congreso Partidario de este 7 de septiembre, el intendente de Concepción del Uruguay, José Eduardo Lauritto, que, al ser cuestionado por su falta de aportes, dijo que «el partido me debe a mi, yo no le debo nada«, es más, dejo entrever que el YA ayudaba DE SU PROPIO BOLSILLO a varios compañeros que necesitaban asistencia económica.

La senadora de Federal, Nancy Miranda, argumenta que si los intendentes, como Lauritto, no hacen la contribución correspondiente, ella TAMPOCO entregará el porcentaje correspondiente. No se entiende bien si es una forma de protestar contra los intendentes o de presionarlos, pero, en definitiva, también está negando ayuda al Partido.

La que de momento si dio una clara señal de empezar a cambiar esta dejadez y abandono de los asuntos del partido, es la intendenta Rosario Romero, que comenzó a exigirles a sus funcionarios y a los concejales de su partido que «tampoco la ponían», que colaboren como es debido. Hoy se realiza el congreso de un partido quebrado, sin un mango para hacer frente a sus gastos esenciales como pagar sueldos a los empleados y en el que «nadie la quiere poner».