Con la pelea entre ambas márgenes del PJ provincial, Solanas y Urribarri, y la casi inexistente opción de Martínez Garbino como candidato a la gobernación, Gustavo Cusinato sabe que tiene posibilidades reales de alcanzar ese cargo pero deberá trajinar y mucho.
En Paraná, ya ha comenzado a caminar de la mano de un Varisco que hoy es Diputado Nacional y que en las elecciones internas de la UCR sacó muy poco margen de distancia a su contrincante Fabián Rogel, en unas elecciones partidarias teñidas de suspicacias y denuncias cruzadas, algo que ha tenido ya a estas personas como participantes y de lo que la ciudadanía ya no quiere saber más.
Cusinato sabe de la importancia de ciudades como Paraná y Concordia, donde Solanas, como actual intendente y candidato a gobernador tiene las mejores chances así como en Concordia, donde Juan Carlos Cresto busca su reelección y es quien mejor posicionado está en esta carrera hacia marzo.
Es por eso que la apuesta, además de tratar de que tanto Varisco en Paraná como Giorgio en Concordia cierren del mejor modo, es el armado provincial total, donde luego de la disputa con Vera por el cargo hacia la gobernación, no han quedado heridas profundas y esto permite seguir caminado de la mano de todos los sectores que han quedado rezagados.
La UCR tiene un piso histórico real en la provincia que, dada la división del PJ y la casi inexistente fórmula provincial de Martínez Garbino-Solari, le permite ver con buenos ojos el horizonte electoral pero habida cuenta de que la herencia del anterior gobierno radical no es poca y la falta de movilización del electorado boina blanca son signos que dan muestra de la actual situación partidaria.
Cusinato, sabe de estas variables en cuestión y no desconoce que frente a Solanas y Urribarri corre en desventaja, puesto que uno desde Paraná y otro como delfín de Busti tienen mejor llegada al público votante, sobre lo cual Cusinato deberá pelear y mucho.