Claudia Marcela Ibalo viuda de Martínez no aparece, en la 5º jornada del juicio por el secuestro y la desaparición de Fernanda Aguirre.
Mientras queda detenido por falso testimonio Hugo Alberto Mantay, quien se declara “borracho” el 24 de Julio de 2004, día de la desaparición de la joven de San Benito, existe una testigo clave: CLAUDIA MARCELA IBALO, VIUDA DE MARTÍNEZ, la famosa “Dama de Rojo”, que no se presentó a declarar en la sede judicial y de quien se desconoce su paradero.
En el primer testimonio brindado por esta mujer se cuenta lo siguiente: El domingo del secuestro de Fernanda Aguirre, Claudia Marcela Ibalo de Martínez fue al Parque La Paz de San Benito, habiendo previamente comprado flores en el último puesto que está en calle San Martín antes de llegar a calle Federación.
La mujer estuvo en el cementerio desde alrededor de las 15 hs, retirándose de allí junto a sus hijos aproximadamente a las 15:45 hs. Se trasladó por calle Federación en motocicleta y al llegar a la altura del puesto de flores de la familia Aguirre fue cruzada por un automóvil Taunus de color verde aceituna que tenía en la parte derecha de atrás el faro roto y abolladura como de choque, mientras que en el vidrio trasero llevaba una calavera de cuerpo entero, color blanca y negra. El vehículo no tenía patente y circulaba a velocidad normal, en su interior había dos hombres, los cuales se encontraban adelante, mientras que en el asiento trasero –del lado derecho- viajaba una chica. Este auto habría continuado hasta calle San Martín para el lado del centro de San Benito.
Ocurrió que antes de llegar a la intersección de Federación y San Martín, a Claudia Marcela Ibalo notó que el manubrio de su moto estaba flojo, con lo cual se fue caminando con el vehículo en la mano hasta pararse en la vereda de enfrente del puesto de flores en el que siempre compraba. Es decir, el primer puesto viniendo desde San Martín a mano izquierda. Desde allí Claudia Marcela Ibalo vio que el Taunus que la había cruzado previamente dio vuelta en U por San Martín, muy cerca de donde ella se encontraba, y regreso hacia calle Federación.
La mujer dejo pasar el Taunus, cruzó la calle y le pidió al chico del puesto de flores una llave para arreglar su moto. Antes de volver a cruzar vio que el auto se detuvo junto a Fernanda que venía caminando por calle San Martín y que recién había doblado hacia Federación.
La testigo dijo conocer a Fernanda Aguirre porque la veía todos los fines de semana en el puesto de flores de sus padres. La testigo declaró que esta tarde vio salir a la joven con flores en la mano, que la cruzó al salir del cementerio y que la vio de nuevo al pedir la llave para arreglar su moto. Vio que Fernanda venía doblando desde calle San Martín hacia Federación, es decir, hacia donde la testigo estaba parada.
Claudia Marcela Ibalo contó que Fernanda no alcanzó ha llegar hasta donde ella estaba parada porque antes se detuvo junto a ella el Taunus verde oliva, a pocos metros de la testigo. Con lo cual Ibalo pudo observar como Fernanda se acercó hasta el vehículo porque fue llamada por la mujer que viajaba en el asiento trasero.
La testigo contó que la mujer abrió la puerta derecha trasera del auto, que Fernanda se inclinó como para saludar metiendo la mitad del cuerpo dentro del auto, y en ese momento el hombre que manejaba se dio vuelta y la manoteó, mientras que el hombre que venía como acompañante también giró hacia atrás. Entre los tres ocupantes del auto ingresaron a Fernanda Aguirre al interior del Taunus.
Luego el vehículo salió rápidamente del lugar, doblando por Federación y pasando nuevamente frente al cementerio. Eran aproximadamente entre las 15:50 hs y las 16 hs.
Claudia Marcela Ibalo declaró que no pensó que estaban raptando a Fernanda, y que el joven de entre 16 y 17 años que le prestó la llave para arreglar su moto también vio lo sucedido.
Ibalo declaro que el hombre que manejaba el Taunus era robusto, con barba espesa y pelos parados. El acompañante era flaco, de ojos achinados y pelo colorincho oscuro, los cuales le asomaban por debajo de la gorra de lana negra que llevaba puesta. La mujer del asiento trasero no era gorda ni flaca, tenía el cabello negro con ondas y vestía campera de jeans, la cual pudo observar la testigo porque cuando el vehículo la cruzó la mujer tenía el brazo fuera del auto.
Ibalo asegura que ni antes ni después del hecho volvió a ver a los ocupantes del Taunus, a quienes podría reconocer, hizo un croquis del lugar y reconoció a la imputada Mirta Analía Cháves como la mujer que se llevara a Fernanda Aguirre y a Miguel Ángel Lencina como el hombre que introdujo a la joven al rodado.
En otra oportunidad, Ibalo amplio su declaración judicial cuando se le exhibieron fotografías de un Ford Taunus color verde secuestrado en Concepción del Uruguay, frente a la cual Claudia Marcela aseguró que no se trataba del mismo vehículo.
La famosa “Dama de rojo” como se la nombró en los medios nacionales, desapareció de San Benito junto a sus hijos. Hoy queda por saber si era una testigo falsa (y en ese caso quien fue la que la obligó a mentir, a realizar la ficticia declaración) o una verdadera, y en este último caso, porque es que no se presento hoy a ratificar lo que dijo en su primera declaración ante la Justicia Federal.
