EDITORIAL PROGRAMA «DE FRENTE»
Con un acto en la explanada de la Casa Gris, Sergio Urribarri asumirá como Gobernador de la Provincia.
Con un palco enorme acompañado de dos tribunas laterales, con sillas para unos 500 invitados que alcanzan los 70 metros, se espera una gran movilización para darle la bienvenida a Sergio Urribarri. Lo que no se sabe, es si ocurrirá lo mismo para darle la despedida a Busti.
Mucho se ha hablado de lo que puede pasar de acá en más entre el Gobernador que sale y el que entra, el primero presidiendo la Cámara de Diputados y el segundo desde el Poder Ejecutivo, para saber como actuará cada uno respecto del otro.
Hasta ahora lo concreto, es el comentario que llega desde el entorno de Jorge Busti diciendo que este no sabe como sacar la pata del acelerador para largarse de campaña. Hay quienes aseguran que no se puede contener, que se sale de vaina, aunque también sabe que si esto ocurre sería como hacerle una declaración de guerra a Sergio Urribarri, ya que la actitud se vería como un intento de quitarle el poder y llevárselo, ya a la Cámara Baja, ya al Partido Justicialista.
Pero también Urribarri es consiente de que va a ser muy difícil tenerlo a Busti quieto, atado a la banca de Diputado provincial.
Más allá de la suerte deseada por el Gobernador que se va, cada acierto de Sergio Urribarri será un acierto de su gabinete, de sus funcionarios, de sus designados, algo en lo que Busti no participó ni está de acuerdo.
Y es esta una situación que se vería agravada por otras cuestiones, como por ejemplo, el hecho de que Sergio Urribarri no haya participado de la asunción como Diputado de Jorge Busti, motivo por el cual ahora el Gobernador saliente no iría hoy al acto en Teatro 3 de Febrero.
En definitiva, como dijera un filósofo, «Si tenemos que tolerar a los otros todo lo que nos toleramos a nosotros mismos, la vida sería intolerable».
Ricardo David.
